Unos investigadores han identificado un interruptor molecular que provoca la conversión de las células cutáneas en otras que dan forma a los vasos sanguíneos, un proceso que podría llegar a ser utilizado para reparar vasos sanguíneos dañados en pacientes con enfermedades del corazón o para crear nueva vasculatura en el laboratorio. La técnica, que aumenta los niveles de una enzima que mantiene a las células jóvenes, podría también sortear el habitual envejecimiento que sufren las células durante el proceso de cultivo.
El trabajo es obra del equipo del Dr. Jalees Rehman, de la Universidad de Illinois en Chicago, Estados Unidos.
Hay muchas formas de convertir un tipo de célula en otro. Una de las técnicas se basa en convertir una célula madura en una célula madre pluripotente, una que tiene la habilidad a su vez de convertirse en cualquier tipo celular, y después usar cócteles químicos para obligarla a madurar, convirtiéndose en el tipo de célula deseado. Otros métodos reprograman una célula de manera que directamente asuma una nueva identidad, saltándose el estado de célula madre.
En los últimos años, se ha empezado a explorar otro método, una forma intermedia, que puede retrasar el reloj de las células de la piel de forma que pierdan parte de su identidad de célula madura y se aproximen más a la de las células madre.
No retornan totalmente al estado de célula madre pluripotente, pero en cambio se convierten en células progenitoras intermedias. Estas pueden ser cultivadas en grandes cantidades, suficientes para las terapias regenerativas. Y a diferencia de las células madre pluripotentes, las progenitoras solo pueden diferenciarse en unos pocos tipos celulares distintos.
Otros grupos de investigación han usado esta técnica para producir células progenitoras que se convierten en células de vasos sanguíneos. Pero hasta ahora, los investigadores no habían comprendido del todo cómo funcionaba el método. Sin entender los procesos moleculares, es difícil para los expertos controlar o mejorar el proceso para construir eficientemente nuevos vasos sanguíneos.
Rehman y sus colegas han descubierto que las células progenitoras pueden ser convertidas en células de vasos sanguíneos o bien en glóbulos rojos, dependiendo del nivel de un factor de transcripción genético llamado SOX17.
Fuente: noticiasdelaciencia