La artrosis es una de las patologías más frecuentes en la población adulta. La aparición de este trastorno se debe al desgaste del cartílago, el tejido conectivo que se encuentra “recubriendo” articulaciones como la rodilla o las uniones entre las costillas y el esternón.
En el caso de que se produzca un daño en el cartílago, los pacientes sufren dolor, rigidez e incapacidad en las articulaciones afectadas. Según datos de la Sociedad Española de Reumatología, el 10% de la población de nuestro país sufre problemas de artrosis, aunque es más frecuente en pacientes con una edad superior a los 50-55 años.
El problema del cartílago es que no se regenera. El tejido conectivo tampoco recibe irrigación sanguínea, por lo que en el caso de que haya desgaste del mismo, las articulaciones se ven afectadas. Esto provoca dolor en los pacientes, al notar que falta la “almohadilla” que evita la fricción entre los huesos. Pero un trabajo realizado en Suecia podría mejorar las expectativas futuras de las personas con problemas de cartílago. Y todo gracias a células procedentes de vacas.
Investigadores de la Universidad Umeå trataban de estudiar métodos de ingeniería tisular para producir cartílago en el laboratorio. El objetivo era contar con herramientas alternativas para tratar a los pacientes afectados con patologías como la artrosis. Mediante el uso de células de vacas, los investigadores lograron obtener una forma de cultivo celular adecuado con las moléculas de señalización y los “andamios” que permitían crear cartílago de manera artificial.
De acuerdo a la tesis presentada, la utilización de condrocitos primarios de origen bovino puede dar lugar a la fabricación in vitro de cartílago. El proceso no ha sido posible todavía dado que están implicados numerosos factores de crecimiento y el ambiente mecánico en el que se crea este tejido es difícil de reproducir en el laboratorio. Pero gracias a las células de vacas y los estudios desarrollados, los científicos fueron capaces de crear cartílago sano de forma artificial, que presentaba unas propiedades parecidas a las del cartílago que recubre normalmente nuestras articulaciones.
Según sus conclusiones, el trabajo desarrollado puede permitir la fabricación de tejido conectivo in vitro a partir de células madre. De esta forma podríamos obtener de manera sencilla y económica cartílago, con el fin de reparar las articulaciones dañadas. El reto ahora es mejorar la calidad del cartílago obtenido, además de mejorar su estructura para que sea lo más parecida posible al cartílago humano. De conseguirlo, este tejido artificial podría utilizarse en el futuro en medicina regenerativa.