Puede que forme parte de la nueva hornada de aviones más eficientes y sostenibles que prometen surcar nuestros cielos. Pero, además de ser un avance científico de última generación, el nuevo prototipo desarrollado por Airbus es un ejemplo de biomimética. En este caso, imitando la capacidad de adaptación que tienen las alas de las aves en medio de su vuelo. Bautizada como eXtra Perfomance Wing, la nueva ala podrá adaptarse automáticamente a situaciones de turbulencia y golpes de viento.
¿Qué es la biomimética
Antes de nada, un pequeño recordatorio por si no has visto alguno de nuestros artículos con ejemplos de biomimética. Fundamentalmente, la biomimética o biomímesis es el desarrollo de técnicas y tecnologías basadas en principios y estructuras del mundo natural. Existen tres enfoques biomiméticos fundamentales:
- Copiar formas y estructuras
- Copiar procesos
- Copiar ecosistemas
Uno de los ejemplos de biomimética basados en imitar formas y estructuras es el del velcro, inventado por un ingeniero suizo en 1941 tras un paseo por el campo. George de Mestral comprobó que las semillas de una planta llamada bardana se enganchaban a su ropa y al pelaje de su perro. Al examinarlas advirtió que incorporaban una serie de ganchos que se agarraban a cualquier superficie con bucles.
Alas de pájaro para un avión
En 2019 Airbus hizo un vuelo de prueba con un avión a escala muy particular. Se llamaba AlbatrossOne y, como su propio nombre indica, su forma de volar tomaba nota de los albatros. Concretamente, las puntas de sus alas podían moverse de forma independiente tal como hacen estos pájaros, que pueden tener una envergadura de hasta 3,5 metros. Las alas del AlbatrossOne contaban con bisagras semielásticas que se movían en presencia de fuertes rachas de viento, lo que reducía su resistencia al aire y, a la vez, la necesidad de reforzar las estructuras. Ahora el proyecto eXtra Wing Performance toma el relevo con otro avión a escala que supone otro ejemplo de biomimética.
Se trata de una versión reducida de una aeronave Cessna que incluye sensores de viento, alerones móviles y bordes de salida multifuncionales. Los desarrolladores comparan estas piezas móviles con la forma en que un águila eleva el vuelo modificando la forma de sus alas y la posición de sus plumas. En definitiva, se trata de una evolución hacia alas adaptativas para una aviación más sostenible. Este sistema es el siguiente paso en la implantación de tecnologías biomiméticas, ya que se probará en túneles de viento para su posterior traslado a la aviación comercial.
El fabricante europeo indica que estas tecnologías son aplicables en modelos de avión ya existentes, sin necesidad de modificar sus sistemas de propulsión. La mejora en la eficiencia supondrá una reducción en costes y emisiones de gases de efecto invernadero. Esta estrategia coincide también con su apuesta por los aviones impulsados por hidrógeno verde, tal como te contábamos en este artículo.
Otros ejemplos de biomimética
Tal como nos muestra el proyecto eXtra Wing Performance, la industria del transporte es un terreno en el que abundan los ejemplos de biomimética. Al fin y al cabo, el movimiento de animales e insectos es uno de sus aspectos más básicos. Aquí tienes algunas muestras de este tipo de tecnología en diversos sectores, desde la construcción a la moda:
- Una empresa con base en Oxford, en el Reino Unido, está desarrollando una serie de drones cuya forma de desplazarse se inspira en diversos animales. Por ejemplo, han creado un dron planeador que sigue las pautas de las cigüeñas.
- Los helechos han inspirado una nueva tecnología que podría ayudar a limpiar derrames petrolíferos en el mar.
- Los geckos, y más concretamente su capacidad de adherirse a prácticamente cualquier superficie, son la fuente de inspiración de un innovador adhesivo. Las babosas también han inspirado un adhesivo con fines médicos.
- Los girasoles pueden inspirar nuevas soluciones arquitectónicas sostenibles, como la curiosa casa con paneles fotovoltaicos que siguen el movimiento del sol diseñada por un arquitecto japonés.
- La construcción también toma nota de la naturaleza con un cemento que se endurece bajo presión al estilo de crustáceos como el camarón mantis.
- Puede que no sea una aplicación muy práctica para el día a día, pero el vestido “Biomimicry” diseñado con sales y plásticos reciclados que se transforma en tiempo real simulando una flor es uno de los casos de biomimética más llamativos que hemos visto últimamente.
Además de los ejemplos antedichos, hace un tiempo dedicamos un artículo a tecnologías biomiméticas destinadas a mejorar la eficiencia energética. ¿Conoces otros ejemplos de biomimética que te hayan llamado la atención? Cuéntanoslo en la sección de comentarios.
Fuentes: