Por razones desconocidas, el núcleo interno del hierro terrestre ha crecido más rápido en un lado que en el otro: algo en el núcleo externo o manto de la Tierra en Indonesia disipa el calor del núcleo interno más rápido que en la dirección opuesta debajo de Brasil, según una investigación realizada por científicos de la Universidad de California en Berkeley.
El enfriamiento acelera la cristalización del hierro y el crecimiento del núcleo interno en este lado. De acuerdo a una nota de prensa, esto tiene implicaciones para el campo magnético de la Tierra, que nos protege de las partículas peligrosas del Sol. El nuevo estudio ha sido publicado recientemente en la revista Nature Geoscience.
El núcleo interno de la Tierra es una esfera sólida de hierro y níquel con un radio equivalente al 20% del total del planeta. Funciona como la capa geológica más profunda de la Tierra: como si se tratara de una cebolla, desde la superficie del planeta distintas capas se van superponiendo hasta llegar a la más profunda, que es precisamente su núcleo interno.
Al no existir muestras directas de esta parte de nuestro planeta, es posible analizarla únicamente a través del estudio del campo magnético terrestre o de las ondas sísmicas. Ahora, los sismólogos estadounidenses a cargo del nuevo estudio han descubierto un fenómeno que provoca un crecimiento más pronunciado de un costado del núcleo interno terrestre por sobre el otro, generando una desestabilización.
Desequilibrio en el crecimiento
Según lo explicado en la investigación, el núcleo sólido del interior está creciendo más rápido bajo Indonesia que en el lado ubicado por debajo de Brasil. Esto indicaría que la parte fundida del núcleo externo de la Tierra, que se precipita hacia el interior a la par de su solidificación, no lo estaría haciendo de manera homogénea como se pensaba hasta hoy: la velocidad de enfriamiento y la liberación de calor desde el núcleo interno serían diferentes según cada sector.
Para evitar un desequilibrio aún mayor, la fuerza de gravedad entra en acción: se crean nuevos cristales de hierro orientados hacia los polos norte y sur para disminuir el incremento de las asimetrías. Gracias a esto, el núcleo interno de la Tierra preserva su forma esférica.
Pero el problema no acaba aquí, porque la solidez del núcleo interno y su capacidad de liberación de calor son lo que ha permitido que la Tierra pueda contar con un campo magnético que la protege de las emanaciones solares peligrosas, como así también de otras posibles consecuencias relacionadas con las violentas variaciones del clima espacial.
El misterio a resolver
¿Por qué el calor se disipa de forma no homogénea desde el núcleo interno de la Tierra? ¿Cuáles son las causas de la desproporción demostrada según cada área del globo? Los investigadores buscarán ahora resolver estas preguntas e intentar comprender un fenómeno que podría poner en riesgo al campo magnético de la Tierra y, en consecuencia, dejar desprotegido al planeta frente a las posibles agresiones provenientes del espacio.
Además, el estudio tiene implicaciones en cuanto a diferentes discusiones sobre el origen del campo magnético terrestre y la edad geológica precisa del núcleo interno de la Tierra, que tendría entre 500 y 1.500 millones de años. Algunos descubrimientos podrían cambiar las nociones establecidas al respecto y explicar de esta forma las causas del extraño fenómeno de asimetría en el crecimiento del núcleo interno.
Referencia
Dynamic history of the inner core constrained by seismic anisotropy. Frost, D.A., Lasbleis, M., Chandler, B. et al. Nature Geoscience (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s41561-021-00761-w
Foto: el corte del interior de la Tierra muestra el núcleo interno de hierro sólido (rojo) creciendo lentamente por congelación del núcleo externo de hierro líquido (naranja). Las ondas sísmicas viajan a través del núcleo interno de la Tierra más rápido entre los polos norte y sur (flechas azules) que a través del ecuador (flecha verde). Crédito: Daniel Frost.