América se está alejando de África y Europa varios centímetros al año debido a fuerzas geofísicas profundas relacionadas con las dorsales oceánicas: un aumento de materia que emana de las profundidades de la corteza terrestre separa a los continentes y ensancha al océano Atlántico, afectando a la habitabilidad de la Tierra. Así lo establece un estudio realizado por un equipo de sismólogos conducido por la Universidad de Southampton.
De acuerdo a una nota de prensa, el hallazgo científico que explica estos cambios y que se ha concretado en el nuevo estudio, es que las dorsales oceánicas desempeñan un papel más activo del que se pensaba hasta el momento, concretamente en la transferencia de material entre el manto superior e inferior por debajo de la corteza terrestre.
Un incremento en la cantidad de dicho material es el que genera el ensanchamiento del océano Atlántico y la mayor separación entre los continentes, que se dispara peligrosamente a razón de 4 centímetros al año. Al mismo tiempo, el océano Pacífico se está contrayendo.
En la nueva investigación, que reúne el trabajo de un equipo internacional de sismólogos, se brindan algunas precisiones de un fenómeno que, igualmente, deja abiertas una serie de dudas en torno al impacto que podría tener en la habitabilidad de la Tierra, sobre todo en las próximas décadas, cuando las modificaciones comiencen a ser más evidentes.
Emanaciones más intensas y profundas
El estudio, publicado en la revista Nature, deja claro que los océanos son formaciones en constante cambio, al igual que los propios continentes. Esto se debe al movimiento continuo de las placas tectónicas de la Tierra, que produce que las que están ubicadas por debajo del continente americano se separen de las posicionadas bajo Europa y África. Aunque este es un fenómeno esperado, el “misterio” en este caso es el aceleramiento en el ritmo de la separación.
Aquí entra en juego el mayor impacto de las dorsales oceánicas, descubierto mediante los datos aportados por la nueva investigación. Estas formaciones montañosas, que emergen a lo largo del lecho marino entre placas tectónicas, tienen el papel de “rellenar” el espacio que dejan las placas continentales cuando se van separando. Lo hacen mediante el material que surge entre las mismas y que se eleva para reemplazar el espacio libre dejado por las placas.
¿Cuál es el gran cambio? Precisamente que el material que reemplaza a las placas proviene habitualmente de profundidades de alrededor de 60 kilómetros, pero los datos que obtuvo el equipo de sismólogos indican que ahora está emanando de profundidades que alcanzan los 600 kilómetros y a mayor volumen. Esa fuerte modificación es la que explicaría el movimiento acelerado de las placas continentales y el ensanchamiento del océano Atlántico.
Hacia las profundidades
Los nuevos datos fueron obtenidos por dos cruceros de investigación, que desplegaron 39 sismómetros en el fondo del océano Atlántico. A través de este estudio se obtuvo la primera imagen a gran escala y de alta resolución del manto debajo de la Cordillera del Atlántico Medio, una de las dorsales oceánicas.
El equipo pudo obtener además imágenes de las variaciones en la estructura del manto de la Tierra en profundidades que oscilaron entre los 410 y los 660 kilómetros, verificando de esta forma las emanaciones desde el manto más profundo que se indicaron anteriormente.
Vale destacar que un conocimiento más profundo de la tectónica de placas no es algo superfluo: estos movimientos son los principales responsables de terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas que, periódicamente, generan importantes pérdidas humanas y económicas en distintas partes del mundo.
Referencia
A thin mantle transition zone beneath the equatorial Mid-Atlantic Ridge. Agius, M.R., Rychert, C.A., Harmon, N. et al. Nature (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-020-03139-x