El máximo de las también conocidas como Lágrimas de San Lorenzo será entre la noche del 11 al 12 de agosto o del sábado al domingo, y del 12 al 13 de agosto, del domingo al lunes.
Este año tendrán unas condiciones de observación bastante buenas, ya que la Luna está únicamente al 3% de iluminación en fase de luna nueva, y su brillo no entorpecerá el desfile de estrellas fugaces.
Esas dos noches serán los mejores momentos para la observación de las Perseidas, con meteoros muy brillantes que pueden alcanzar los 100 a la hora, según todas las previsiones.
Debido a sus altas velocidades de entrada en la atmósfera y de media, en estas noches podremos ver un meteoro cada dos minutos en el caso de que la observación sea en lugares sin contaminación lumínica y con cielos despejados de nubes.
Las llamadas estrellas fugaces son pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas o asteroides a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol.
La nube de partículas resultante (llamados meteoroides), debido al “deshielo” producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por la Tierra en su órbita alrededor del Sol y durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros.
La actividad de las Perseidas se producen debido al cometa Swift-Tuttle, descubierto en 1862, de un tamaño aproximado de 26 kilómetros de diámetro y el mayor objeto que de forma periódica se acerca a la Tierra.
Fuente: Tecnoxplora