A partir del extracto de la planta Bacopa procumbens, un grupo de investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) creó y registró la patente de un producto para el tratamiento de heridas de diversos tipos, en especial para potenciar el proceso de cicatrización en lesiones dermatológicas.
El proyecto fue desarrollado en el Laboratorio de Biomedicina Molecular I de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH), por los investigadores David Guillermo Pérez Ishiwara, Consuelo Gómez García y Adriana Martínez. También participó Marlon Rojas, del Centro de Investigación en Biotecnología Aplicada (CIBA) Tlaxcala, así como otros investigadores y estudiantes de posgrado del instituto.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el doctor David Guillermo Pérez Ishiwara, responsable del proyecto, explicó que pertenece a una de las líneas de investigación de su laboratorio que tiene como finalidad innovar en el desarrollo de nuevos fármacos para diversas patologías de relevancia nacional, teniendo en consideración la experiencia milenaria que nuestras etnias tienen en el uso y manejo de las plantas medicinales.
“En primera instancia se realizó un estudio etnobotánico y, posteriormente, seguimos de manera sistemática todo el protocolo de investigación básica. Primero en estudios in vitro observamos que tenía un efecto proliferativo e inductor de la diferenciación de los fibroblastos (células), luego en estudios in vivo caracterizamos los mecanismos a nivel bioquímico, histopatológico y molecular responsables del proceso de regeneración tisular y de acelerar el proceso de cicatrización. De manera paralela, hemos fraccionado y aislado los componentes responsables del efecto cicatrizante”, detalló.
Apuntó que con el uso de la nanomedicina, mediante la bioconjugación del principio activo a nanopartículas metálicas, se potenció el efecto promotor de la regeneración tisular, disminuyendo la cantidad efectiva del principio, abatiendo los posibles efectos tóxicos que pudiera tener alguno de los componentes de la planta.
Las propiedades de Bacopa procumbens
El fitofármaco desarrollado, según las investigaciones que realizaron, es efectivo para el tratamiento de heridas como laceraciones de difícil cicatrización, quemaduras y úlceras por presión, producidas por permanecer en una misma posición demasiado tiempo y por pie diabético.
Se encontró que la planta Bacopa procumbens acelera el proceso de cicatrización y estimula diversos procesos importantes que favorecen la proliferación de los fibroblastos, el aumento de algunas proteínas y factores de transcripción que regulan la evolución de la cicatrización de las heridas.
El fitofármaco acelera la reepitelización, lo que favorece el restablecimiento de la integridad del tejido, evita que las heridas se vuelvan crónicas o fibróticas y se puede emplear incluso para curar lesiones en órganos internos.
A diferencia de otros productos que se emplean en el proceso de cicatrización, el producto desarrollado modula las tres diferentes fases del proceso: la inflamatoria, limitándola y promoviendo a su vez la migración de células de la respuesta inmune; la proliferativa, induciendo la proliferación de queratinocitos, fibroblastos y otras células para formar el tejido y, por último, en la remodelación del tejido, provocando el recambio ordenado en espacio y tiempo del tipo de colágena que constituye la matriz extracelular del tejido neoformado.
“Estudios funcionales demostraron que desde el punto de vista mecánico las cicatrices formadas de las heridas tratadas con el producto presentaron una fuerza tensil mayor, similar a la piel normal”, señaló.
Pérez Ishiwara apuntó que “el uso de productos derivados de las plantas si bien pueden tener ciertos beneficios para alguna patología en específico, pueden provocar efectos tóxicos debido al alto componente de alcaloides de las plantas, por lo que pueden tener efectos secundarios muy importantes, generando daños, por ejemplo, a nivel hepático o renal, por lo que a menudo puede resultar peor el remedio que la enfermedad”, explicó el investigador, hecho que se ha evitado en el presente desarrollo mediante la nanobioconjugación.
Bacopa procumbens es una planta rastrera que ha sido considerada incluso una hierba o una plaga. Crece principalmente en el altiplano mexicano, particularmente en el norte del estado de Hidalgo, algunas partes de Tlaxcala y Veracruz; también puede crecer en unas zonas de Centroamérica.
Con miras a una nueva empresa mexicana
El investigador politécnico señaló que en México no se tienen datos estadísticos que demuestren la relevancia clínica y económica de las heridas en general; sin embargo, se conoce por el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud, que las quemaduras constituyen una de las 20 principales causas de enfermedad, con una incidencia en 2008 de 110.08 casos por 100 mil habitantes.
Para el doctor Pérez Ishiwara, uno de los próximos pasos para el proyecto es el desarrollo de los proyectos clínicos, para lo cual se ha establecido la colaboración con un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para probarlo en pacientes diabéticos y en quemaduras de diversos grados.
“El IPN tiene la virtud de tener una incubadora de empresas y ahora se permite que los investigadores puedan participar en la generación de empresas. Por lo que teniendo en consideración la misión que tenemos los miembros de la comunidad politécnica, queremos desarrollar un producto que a nivel de salud pública pudiera estar disponible a precios muy económicos para su uso”. Pero que también sea una fuente de generación de empleos y de riqueza con el valor agregado que representa un producto mexicano de base biotecnológica.
El especialista informó que por cuestiones de protección no se puede revelar todavía el nombre del producto desarrollado, pero tan pronto como se concluyan los protocolos clínicos estará disponible en las presentaciones de hidrogel y crema.
Fuente: Conacyt