Científicos europeos crean un aparato que medirá el flujo sanguíneo y las conexiones cerebrales de los enfermos de parálisis cerebral para traducir estos valores en respuestas comprensibles.
La tecnología asociada a la medicina no para de crecer. Tecnologías para ayudar a los adictos, para mejorar la vida de las personas con parálisis muscular, para poder sustituir huesos con piezas fabricadas en 3D o incluso para sustituir a las propias farmacéuticas con las llamadas terapias digitales.
Pues bien, ahora las personas con parálisis total de su cuerpo pueden estar a punto de vivir un gran avance en su situación. Debido a la enfermedad que padecen, no son capaces de realizar ningún tipo de movimiento muscular voluntario, por lo que no tienen la posibilidad de comunicarse de ninguna manera con sus familiares o amigos.
Enfermedades como la esclerosis lateral amiotrófica o la enfermedad de Lou Gehrig son algunas de las culpables de estos síntomas de parálisis total. Sin embargo, científicos europeos han sacado a la luz una investigación en la que han encontrado la posibilidad de usar una interfaz cerebro-ordenadorpara comunicarse con cuatro pacientes que sufrían este tipo de patologías.
La investigación ha sido desarrollada por el neurocientífico Niels Birbaumer, que realiza su trabajo en el Centro Wyss Bio y Neuroingeniería en Ginebra. La ventaja de esta novedad es que no implica molestias para el paciente. La interfaz se colocaría como si se tratase de un gorro de baño, para que, de esta manera, puedan medirse los cambios en las ondas eléctricas y cuantificarse la cantidad de flujo de sangre. Estos valores consiguen obtenerse gracias a una técnica llamada espectroscopia de infrarrojo cercano.
Respuestas asombrosas
El proceso se basó en varias pruebas a cuatro individuos que sufrían esta enfermedad. Los test duraron 10 días y en ellos se les hacía preguntas de sí o no para comprobar la efectividad del invento. Las pruebas comenzaban con preguntas personales o de interés general, donde realmente se podría averiguar si esta interfaz funcionaba correctamente o no. Las respuestas obtenidas fueron correctas en un 70% de las ocasiones.
Posteriormente se buscaba una comunicación más profunda y complicada para testear los tipos de respuestas obtenidas. A las afirmaciones “Me encanta vivir”, tres de los cuatro pacientes respondieron que sí. “¿Estás feliz?” También preguntaron los científicos, a lo que los mismos pacientes contestaron de forma afirmativa. Estas respuestas se convirtieron en un gran alivio para las familias que hacía años que no conseguían comunicarse con enfermos.
Un futuro esperanzador
Es cierto que en muchas ocasiones los pacientes pueden estar mal diagnosticados, ya que se encuentran en estado de coma. Por ello, este nuevo sistema podría emplearse para diagnosticar más certeramente a los enfermos y averiguar qué partes se encuentran conscientes o no en su cabeza.
Al final, el objetivo es crear una comunicación mucho más completa con la posibilidad de elegir letras para formar frases coherentes y abandonar los monosílabos.
Fuente: Telefonica