En la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) campus Amazcala, a través del área Agroindustrial y de Biosistemas, se desarrolló una planta piloto para la producción de mosca soldado (Hermetia illucens), especie considerada como alternativa para la alimentación acuícola por sus propiedades nutricionales.
El responsable del proyecto, Juan Fernando García Trejo, explicó que la planta —ubicada en el Laboratorio de Bioingeniería de esta institución— se desarrolló en convenio con la empresa México-holandesa Proento, con la finalidad de buscar nuevas fuentes de proteína para alimentos en el área acuícola.
“En la naturaleza es común que los peces coman insectos acuáticos. No obstante, dentro de la universidad había estudiantes interesados en trabajar con otras especies como el grillo (Tettigoniidae) o el chapulín (orden Orthoptera), para obtener fuentes de harinas. Encontramos algunos estudios en Colombia y otros en Europa donde están utilizando la mosca soldado sola. Su larva es muy grande, tiene propiedades como ácidos grasos y una buena cantidad de proteína”.
García Trejo, quien es coordinador de la maestría en ciencias en ingeniería de biosistemas del campus Amazcala de la UAQ, destacó que la universidad desarrolló la tecnología para el diseño de esta planta piloto a través de las camas y estructuras verticales especializadas para el apareamiento de las moscas y el desarrollo de las larvas.
“Una porción de ellas va para ser adultos y que sigan reproduciéndose, la otra la dejamos para convertirla en harina. La tecnología que se desarrolló fueron controladores de temperatura, humidificadores, sistemas de iluminación que fueran automáticos para que la larva tenga periodos de luz y de oscuridad, y el software”.
Señaló que la planta piloto se ubica dentro de las instalaciones de la UAQ Amazcala y actualmente tiene la capacidad de producir 20 kilogramos de larva de mosca a la semana, aunque se tiene la perspectiva de aumentar a cien, además de que se analiza mejorar las propiedades nutricionales del alimento agregando nuevos ingredientes, como microalgas, que también son producidas en ese campus.
“Ahorita tenemos en escala experimental la elaboración del alimento. Para esto desarrollamos un módulo donde se controlarán las condiciones para producir peces, como temperatura, pH y luz en una pequeña planta. En ese sistema metemos alevines de trucha (Salmo trutta fario L.) para darles de comer la larva. Hicimos dos pruebas y no resultó viable, por lo que desarrollamos un experimento donde se agregó la microalga, que es otro de los proyectos que tenemos en el campus Amazcala. La idea es conjuntar estos ingredientes para que el alimento quede balanceado”.
Puntualizó que otro aspecto innovador en esta planta piloto es la alimentación de la mosca soldado utilizando residuos provenientes de los invernaderos y otras instalaciones del campus.
“Lo que propusimos para la alimentación de las larvas son residuos de productos secundarios. Hemos visto que si se alimentan con desperdicio a base de carnes, genera un determinado número de ácidos grasos y si se utilizan cáscaras de cítricos se genera otro tipo, todos ellos benéficos para los organismos acuáticos. En Amazcala generamos desechos de peces, vísceras, escamas. La idea es tener una cultura del reciclaje de nutrientes, lo que llamamos nosotros ‘generación de tasa cero de residuos’, que todo se vuelva a reincorporar”.
El especialista subrayó que la tecnología en esta planta piloto para el desarrollo y producción de la mosca soldado cuenta con el registro de autoridad por parte de la Universidad Autónoma de Querétaro.
“Buscamos opciones para alimentar a los peces, no porque los ya existentes sean malos sino porque tienen una cadena de valor muy cara. En el costo de producción de un kilo de pez, 60 por ciento proviene del alimento”.
Fuente: Agencia Informativa Conacyt