Investiga los mecanismos de acción de neurotoxinas presentes en anémonas de la costa yucateca para desarrollar nuevas aplicaciones farmacológicas, principalmente en el área de inmunología.
Las anémonas son organismos marinos presentes en la zona costera que usualmente están adheridas a las piedras y a los arrecifes. Algunos estudios han demostrado que tienen moléculas de origen proteico, así como neurotoxinas que, como parte de su mecanismo de acción, inhiben los canales de calcio (Ca), potasio (K) y sodio (Na).
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Sergio Rodríguez Morales, investigador de la UMDI Sisal, señaló que en la literatura está reportado un nuevo fármaco llamado ShK-186 que está en pruebas clínicas y que tiene un efecto de tipo inmunomodulador, es decir, modula la respuesta inmunológica.
“Esta neurotoxina fue aislada de una anémona llamada Stichodactyla helianthus y encontraron que lo que hace esta neurotoxina es inhibir el canal de potasio 1.2, que solamente está presente en los linfocitos T. Para que ocurra la respuesta inmune, los linfocitos T tienen que llegar y montar todas las reacciones específicas, pero cuando esta sustancia se inyecta en una persona, los linfocitos T se paralizan por el efecto de inhibición de ese canal de potasio y de esta forma puede modularse la respuesta inmune”, indicó.
Observando esta posibilidad, los científicos de la UMDI Sisal se percataron de que en la costa yucateca estos fármacos no se han estudiado aún. “La idea es tratar de encontrar neurotoxinas o citolisinas que causen este tipo de inhibición para ver si se pueden emplear para tratar otras enfermedades”, indicó el investigador.
Usos terapéuticos potenciales
Mediante diversas metodologías se lleva a cabo una evaluación de su potencial como antiparasitario y anticancerígeno. También se realiza la separación de sus componentes para conocer si tienen alguna actividad que pueda resultar interesante en términos científicos.
En un programa de investigación anterior se desarrolló la separación de polipéptidos y proteínas, lo que sirvió como plataforma para estudiar las neurotoxinas de las anémonas.
“La idea del proyecto es que ya que tengamos la neurotoxina tendremos que conocer cuál es su mecanismo de acción para ver si puede tener un uso terapéutico selectivo, tal como esperamos, o de lo contrario, saber si se puede modificar”, apuntó.
En el proyecto participan investigadores de diversas disciplinas. El investigador Ricardo González Muñoz se encarga de identificar y localizar las anémonas; el equipo de Rodríguez Morales las recolecta y las separa; mientras que la investigadora Rosa Moo Puc, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se dedica a realizar las pruebas de efectividad.