La contaminación atmosférica causa cinco millones de muertes aproximadamente cada año. Los ciudadanos de los países que más contaminan, deben estar informados al respecto.
Watttime rastreará la contaminación del aire.
Una firma de inteligencia artificial, utilizará las imágenes de satélites para determinar las emisiones de carbono por parte de las plantas eléctricas en todo el mundo. Esta información está prevista que sea de carácter público.
Watttime tomará los datos de la Red Copermicus (Unión Europea), red Landsat (Estados Unidos) y otras compañías que venden este tipo de información, como Digital Globe.
Se utilizan algoritmos para detectar señales de emisiones. Por ejemplo, a través de imágenes infrarrojas se puede identificar el calor de las columnas de chimenea. La firma también están desarrollando sensores para hacer seguimiento a las emisiones de dióxido de nitrógeno y los datos también puede ser utilizados para detectar contaminantes en el agua.
WattTime se ha asociado con la empresa Carbon Tracker y con el Instituto de Recursos Mundiales, que administra la Base de Datos Mundial de Centrales Eléctricas más completa del mundo.
Carbon Tracker cuenta con un equipo de expertos que utilizan las principales bases de datos de la industria para mapear tanto los riesgos como las oportunidades para los inversores en el camino hacia un futuro con bajas emisiones de carbono.
El aporte de WattTime es vital ya que todo acuerdo sobre contaminación se basa en la vigilancia y verificación. Se sospecha que muchos países los incumplen, lo que afecta negativamente el avance en temas de conservación ambiental.
Con la implementación del programa, se obtendrán los siguientes beneficios:
-
Aumento del uso de energía limpia, pues ayudará a los promotores de energías renovables a ubicar sus proyectos para maximizar la reducción de emisiones.
-
Facilitará información sobre los sitios donde la energía solar sea más barata que la energía fósil.
-
Permitirá un mejor monitoreo de la contaminación, especialmente en los Estados Unidos.
La opinión pública y su importancia en el control de la contaminación.
Hay un ejemplo que evidencia la importancia de que el público se encuentre informado. En 1986, en Estados Unidos, se creó un inventario de emisiones tóxicas con el fin de rastrearlas en todas las instalaciones del país.
En 1990 se reformó el instrumento legal y se eliminaron las sanciones, pero pusieron la información disponible para los ciudadanos, organizaciones sin ánimo de lucro y gobiernos estatales. Cinco años después, las emisiones tóxicas se redujeron a la mitad.
Fuente: Ecoinventos