Un modelo matemático se usó a principios de los 70 para predecir que “la Tierra no puede aguantar el actual crecimiento demográfico e industrial durante mucho más que unas pocas décadas”. Ya han pasado casi cinco y seguimos sin ponerle remedio.
Aunque ahora nos resulta evidente, hace casi medio siglo costaba imaginar que el ser humano se estuviera cargando lentamente el planeta al que llamamos hogar. En el contexto de la Guerra Fría, la principal amenaza era el apocalipsis nuclear. Nadie hablaba del cambio climático y pocos se preocupaban por el agotamiento de los recursos naturales.
Entre esos pocos se contaban unos investigadores que firmaron un estudio histórico, quizá el más importante de la década de los 70. Por encargo del Club de Roma, una organización formada por personas influyentes de distintos ámbitos, elaboraron un informe que ya hacía sonar las alarmas poco antes de que estallara la primera crisis del petróleo. Se tituló ‘The Limits to Growth’ (‘Los límites al crecimiento’ en español, LTG por sus siglas en inglés) y ha vendido desde entonces unos 30 millones de copias en 30 idiomas, probablemente las cifras más altas jamás alcanzadas por una obra que se considera ecologista.
Los autores, un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts, utilizaron uno de los ordenadores más potentes de la época para analizar en base a un modelo matemático distintos escenarios futuros. Su principal y más chocante conclusión fue que, de seguir las cosas como estaban, el colapso económico global sería inevitable en algún punto del siglo XXI, lo que podría llevar al fin de la civilización como la conocemos.
Sin embargo, había sitio para la esperanza. Si los gobiernos tomaban medidas e invertían en tecnología para regular el impacto medioambiental del progreso, la hecatombe podía evitarse. Tenían, eso sí, que ponerse manos a la obra cuanto antes. Como no lo hicieron, el debate sigue hoy en día encima de la mesa.
Y las predicciones de LTG vuelven a cobrar relevancia tras la reciente publicación de un vídeo en que se ve cómo llegaron los investigadores a ese oscuro vaticinio. Básicamente, el modelo por ordenador tomaba en consideración los cinco factores que consideraban de mayor impacto: aumento de la población, producción agrícola (para estimar la probabilidad de una crisis alimentaria), agotamiento de los recursos no renovables (y la creciente complejidad de obtenerlos a medida que las reservas disminuyen), producción industrial y contaminación.
Todas las variables mostraban una tendencia al alza, así que la misión del ‘software’ que habían diseñado, de nombre World3, era comprobar hasta cuándo sería sostenible que siguieran creciendo. La respuesta, como anticipábamos, fue que no andaba lejos la fecha de caducidad de la Tierra si seguíamos al ritmo de hasta entonces.
“No pretende ser un pronóstico preciso”, advierte el locutor del vídeo. “Lo que sí hace por primera vez en la historia del hombre en el planeta es mirar al mundo como un solo sistema. Muestra que la Tierra no puede soportar el actual crecimiento demográfico e industrial durante mucho más que unas pocas décadas”.
A pesar de su éxito de ventas, la obra fue muy criticada en su momento. Numerosos investigadores rebatieron los datos y argumentos de los investigadores del MIT, que consideraban exagerados y contraproducentes: pisar el freno del progreso, advertían los detractores de LTG, sería condenar a la pobreza a millones de personas.
Sin embargo, llegó el S.XXI y las cifras comenzaron a encajar con lo que habían predicho. El problema del cambio climático empezó a preocuparnos de verdad, y algunos recordaron a que el grupo de investigadores que a principios de los 70 ya advirtieron lo que iba a suceder. ¿Se habían perdido 30 años de poner remedio a la catástrofe?
En 2014, un reportaje del diario británico The Guardian demostró que el vaticinio de LTG se estaba cumpliendo. En 2016, un grupo de trabajo del Parlamento británico, con miembros de todos los principales partidos (laboristas, conservadores, verdes…), publicó un informe sobre los límites al crecimiento en el que concluían que “hay una evidencia perturbadora” de que “la sociedad aún está siguiendo” el rumbo de crecimiento insostenible descrito en el estudio, que “conduce a un colapso” de nuestro actual modo de vida. Y añade que los retos no mencionados de manera explícita en ‘The Limits of Growth’, como el cambio climático, presentan retos adicionales que debemos abordar urgentemente.
La solución que aportaban los autores, ya en los años 70, es que las naciones contegan su voraz apetito de recursos. A pesar de algunos tímidos avances, no es algo que haya sucedido hasta la fecha. En la actualidad, 9 de cada 10 ciudadanos del mundo respiran aire con elevados niveles de contaminación, según la Organización Mundial de la Salud. Y eso, aunque se estima que es la causa de 7 millones de muertes cada año, es solo la punta de un iceberg que amenaza con hundir este planeta.
Fuente: Tecnoxplora