Investigadores del Departamento de Horticultura de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), en conjunto con la Universidad de California campus Davis (UC Davis), la Comisión de la Fresa de California (CSC, por sus siglas en inglés), participaron en el desarrollo de un sistema hidropónico sustentable para el cultivo de fresa como alternativa ecológica libre de bromuro de metilo (CH3Br), con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El bromuro de metilo es un fumigante de amplio espectro que elimina patógenos y semillas de maleza del suelo en cultivos de alto valor comercial como la fresa. A pesar de que este producto se enlistó como un “devastador de la capa de ozono” desde 1993 y de acuerdo con la ley de aire limpio de 1998 (Clean Air Act 1998), se reguló la disminución de uso y producción en Estados Unidos para evitar su utilización a partir de enero de 2005.
Sin embargo, se permitió y continuó su consumo con reducciones anuales hasta su eliminación, debido a la falta de una alternativa a su uso científicamente probada. La industria de fresa en California se estima tiene un valor de ~2 billones de dólares y sin el uso de bromuro de metilo se ha reportado una posible disminución de hasta 25 por ciento. Por lo que, debido a esta eventual pérdida y por preocupación medioambiental, investigadores han acelerado la búsqueda de alternativas factibles.
El sistema hidropónico se desarrolló para su uso a campo abierto utilizando el suelo como base, sin modificar el manejo del cultivo desde el punto de vista de plantación, podas y cosecha.
El sistema consiste en una cama del mismo tamaño a la que usan los productores regularmente, formada con suelo. Sobre esta cama se forman una o dos canaletas con el mismo suelo, con dimensiones previamente estudiadas, que se cubren con una película plástica permeable al agua y se coloca un sustrato inerte y suficientemente poroso sobre ella dentro de los canales.
Posteriormente se instala un sistema de irrigación tecnificado por goteo, mediante el cual se aplica en cada riego una solución nutritiva completa perfectamente balanceada con nutrientes esenciales para el cultivo de fresa y con valores de potencial hidrógeno (pH) y conductividad eléctrica (CE) específicos para el cultivo.
“Una vez establecido el cultivo, este se maneja como un cultivo sin suelo en un sistema similar al que se usa en invernaderos tecnificados, con la enorme diferencia que este es totalmente adecuado para campo abierto donde, a pesar de que las plantas de fresa están expuestas a condiciones adversas del medio ambiente y en consecuencia a un mayor estrés, condición común a campo abierto, estas se producen satisfactoriamente”, explicó el doctor José Antonio González Fuentes, profesor investigador del Departamento de Horticultura de la UAAAN.
Sin bromuro de metilo
El éxito para la implementación del sistema en campo abierto consistió en estudiar detalladamente diferentes comportamientos de las plantas, desde el punto de vista fisiológico y nutricional en distintas condiciones. El proyecto requirió del estudio específico de las propiedades físicas y químicas de los sustratos para crecimiento, el comportamiento diurno de la temperatura del ambiente y del sustrato donde se desarrolló el sistema radicular, la absorción de agua y nutrientes por las plantas, así como el manejo de estos parámetros a lo largo de su ciclo vegetativo y reproductivo en condiciones ambientales diferentes.
“La principal ventaja que tiene el sistema es que es posible cultivar fresas a campo abierto en un sistema que no usa bromuro de metilo para eliminar patógenos de suelo que causan enfermedades a las plantas, ya que se usa sustrato libre de estos. Asimismo, es un sistema que se puede aplicar y adecuar a otros cultivos que utilizan este producto”, detalló el investigador.
En relación con el rendimiento de frutos por el cultivo, de acuerdo con el científico, los resultados de producción de fresa con este sistema están a la par con el rendimiento a campo abierto que ronda las 60 toneladas por hectárea (Ha). Sin embargo, si existen condiciones favorables de clima en el ciclo de cultivo que permita alargar este, el sistema puede alcanzar 20 a 30 por ciento más, acercándose a la productividad que se obtiene en un invernadero tecnificado donde se controlan parámetros importantes del medio ambiente como radiación, humedad ambiental y temperatura.
El doctor González Fuentes aclaró que el sistema tiene también algunas desventajas para su implementación. La primera de ellas es un costo más elevado debido a la compra del sustrato de crecimiento que se emplea. La segunda es que se requiere de un manejo altamente especializado, principalmente en control preciso de riego, la aplicación de una solución nutritiva adecuada para las plantas, así como el manejo fitosanitario puntual del cultivo.
El científico señaló que este sistema surgió a partir de sus estudios de doctorado en horticultura, financiados por el Conacyt en la Universidad de California, Davis, en Estados Unidos, entre los años 2008 a 2013. El sistema se continúa optimizando hasta la fecha para otros cultivos y, a futuro, el especialista buscará dar a conocer e implementar este proyecto entre productores mexicanos y concientizarlos para evitar el uso de bromuro de metilo que daña la capa de ozono.
“Les diría a todos los que siguen utilizando bromuro de metilo que se concienticen para evitar en lo posible su uso ya que afecta la capa de ozono y al mundo, que es nuestra única casa, y así dejar un mejor lugar para futuras generaciones. Esta es una alternativa viable para evitar el uso de este producto y obtener buen rendimiento del cultivo. El objetivo de esta nota es difundir la información de este estudio”, señaló el doctor.
• Dr. José Antonio González Fuentes, Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I
Profesor investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN
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