El desarrollo sostenible es la capacidad de una sociedad para cubrir las necesidades básicas de las personas sin perjudicar el ecosistema ni ocasionar daños en el medio ambiente. De este modo, su principal objetivo es perpetuar al ser humano como especie, satisfaciendo sus necesidades presentes y futuras, mediante el uso responsable de los recursos naturales.
Para alcanzar el denominado desarrollo sostenible se tienen que cumplir una serie de requisitos que permitan alcanzar un estado de equilibrio entre economía, sociedad y medio ambiente:
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Economía: viable y equitativa.
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Sociedad: equitativa y vivible.
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Medio ambiente: vivible y viable.
Problemas que impiden el desarrollo sostenible
En la actualidad es complicado que el desarrollo sostenible se lleve a cabo y está más cerca de ser una utopía que una realidad. Existen numerosos obstáculos que nos impiden alcanzar el desarrollo sostenible ideal, entre los cuales merece la pena destacar los siguientes:
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Desigualdad social, pobreza y superpoblación.
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Destrucción de hábitats, alteración de paisajes naturales y extinción de especies.
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Calentamiento global y destrucción de la capa de ozono como consecuencia de la contaminación.
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Deforestación y agotamiento de los recursos naturales.
Cómo alcanzar el desarrollo sostenible
Como ciudadanos podemos ejercer presión sobre las autoridades locales para que tomen medidas en la dirección del desarrollo sostenible. Además, podemos adoptar hábitos para cuidar el medio ambiente en nuestro día a día. Toda acción cuenta para promover el cambio social y concienciar sobre la necesidad de proteger los espacios naturales.
Promueve el desarrollo sostenible en tu casa, en tu barrio y en tu ciudad:
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Practica la regla de las tres R: reduce, reutiliza y recicla. Separa los residuos según sean desechos orgánicos, papel y cartón, envases y plásticos o vidrio y deposítalos en el contenedor adecuado.
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Haz tu propio abono casero con los desechos orgánicos que no pueden reciclarse, como los restos de frutas, verduras y otros alimentos. Podrás utilizarlos para nutrir tus plantas o incluso tu propio huerto.
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Cultiva tus propias hortalizas en una parcela de tu jardín o con un huerto urbano en la ciudad. Puedes obtener verduras para tu propio consumo o para distribuirlas en tu comunidad: tomates, habas, rábanos, cebollas, lechugas y zanahorias son fáciles de cultivar.
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Recoge el agua de lluvia siempre que puedas, es la mejor para regar las plantas.
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Dúchate en lugar de bañarte y recoge el agua fría que sale mientras esperas a que se caliente. Cierra el grifo mientras te lavas los dientes y no gastes más agua de la que sea necesaria.
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Sustituye las bombillas tradicionales por bombillas LED, duran mucho más tiempo y gastan menos electricidad. Ahorrarás en tu factura y estarás ayudando al medio ambiente.
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Reemplaza las baterías desechables por baterías recargables. Los componentes de las baterías desechables son muy tóxicos y contaminantes si llegan al medio ambiente.
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En la cocina, utiliza ollas y sartenes con tapadera para aprovechar mejor el calor. Apaga el fuego un poco antes de terminar y deja que el calor retenido termine de cocinar los alimentos.
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Tras hacer la colada, tiende la ropa para que se seque al sol en lugar de utilizar la secadora.
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Si puedes permitírtelo, apuesta por las energías renovables instalando paneles solares en tu vivienda. La energía solar no contamina y es ilimitada.
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