El agua embotellada en plástico se incorporó hace ya un tiempo a nuestro estilo de vida. Pongamos unos ejemplos. España compramos cada día diez millones de botellas, y México ocupa el segundo lugar mundial en el consumo de este producto envasado.
Es cierto, beber es necesario, pero millones de envases de plástico abandonados contaminan el planeta y pueden afectar a nuestra salud. El agua plastificada se impone al agua corriente que, por otra parte, es todo un lujo más allá de lo que conocemos como primer mundo.
Existen argumentos que intentan explicar el porqué del auge del agua embotellada. Por una parte, la pérdida de confianza del ciudadano en la calidad del agua proporcionada por los organismos que prestan los servicios de agua potable en las ciudades, y en ese sentido, la propagación de la idea de que el agua embotellada es de mejor calidad que la que sale de nuestros grifos.
Otra explicación, es que la vorágine de consumo en el que nos vemos envueltos genera nuevas necesidades en la población que nos llevan a comprar productos que en realidad no necesitamos, y que están empezando a amenazar nuestro estilo de vida. Esta supuesta necesidad apela a nuestra comodidad, y en muchos casos, a una cierta exclusividad o estatus asociado al consumo de este tipo de productos.
Es paradójico que, cuanto más invierten nuestras ciudades en sus servicios de suministro de agua, más se consume agua embotellada, principalmente en envases de plástico, generándose de esta manera más basura. Una basura totalmente evitable.
En España, cada día, treinta millones de envases acaban en calles, montes y finalmente en el mar
La causa principal del abandono de estos envases es que no tienen valor para el consumidor después de su uso. Es aquí donde la vuelta del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de envases (SDDR) daría valor a cada botella de plástico, vidrio o lata de aluminio, lo que evitaría en gran medida su desperdicio como recurso recuperable.
Pero el agua plastificada no solo genera problemas relacionados son la sostenibilidad de nuestro Planeta. También puede tener consecuencias para nuestra salud, ya que el plástico que arrojamos acaba presente en el agua que bebemos.
Estudios recientes constatan que más del 90% de las muestras de agua potable recogida en los 5 continentes estaba contaminada por fibras de plásticos. Ya hemos comentado en otras ocasiones que el plástico está presente en todas partes y cada vez es más difícil citar algún producto que no lo utilice plástico, de una manera o de otra.
La procedencia de estos residuos plásticos presentes en el agua que ingerimos vendría principalmente del envase y también del proceso de embotellamiento.
En este sentido, se han encontrado compuestos como el polipropileno, el nylon y el tereftalato de polietileno (PET), productos que pueden ser utilizados en la fabricación de las propias botellas o de sus tapones y etiquetas.
Más sorprendente puede ser que también se hayan encontrado restos de plástico en botellas de vidrio. Por ejemplo, esto podría deberse a la presencia de plásticos en los tejidos de nuestra ropa y también en la fabricación de los neumáticos de nuestros vehículos, por citar dos casos muy cercanos al consumidor.
El lavado de estas ropas y el rodar de los neumáticos desprenderían gran cantidad de fibras de plástico que pueden acabar fácilmente en las redes de alcantarillado y en ríos y mares y, por lo tanto, presentes en el ciclo del agua.
Ahora bien, la pregunta a responder es si este consumo involuntario de plástico puede causar males a nuestro organismo. No hay todavía estudios concluyentes, pero es de suponer que pueda hacerlo, porque el plástico es un producto que no desaparece de la naturaleza, es decir, no se degrada naturalmente y sabemos que nuestro cuerpo sólo tiene capacidad de digerir aquello que es orgánico.
Sin contribuir al alarmismo, hay algunas evidencias de que este consumo de plástico pudiera estar relacionado con ciertos tipos de cáncer, la disminución de la cantidad de espermatozoides o problemas en el déficit de atención.
En palabras del Nobel de la Paz Muhammad Yunus, el problema del plástico fue creado exclusivamente por los seres humanos, por lo que nos corresponde a nosotros resolverlo
Y para finalizar os dejamos con este excelente documental de El Escarabajo Verde que arroja luz y sombras sobre este problema del plástico y del agua que tanto necesitamos:
Fuente: EcoInteligencia