Investigadores de Argentina descubrieron dos elementos claves que permiten al polen realizar con éxito el dificultoso camino hacia el óvulo y lograr la fertilización.
Estudiaron el mecanismo en la pequeña flor de la Arabidopsis thaliana. El trabajo se realizó en conjunto con laboratorios de Suiza y Alemania y publicado este viernes en la revista Science.
“Cuando surgió la posibilidad de publicar en Science, al principio yo fui muy escéptico. Viniendo de estas pampas, pensé que no entraría nunca”, confiesa al sitio Nex Ciencia de la UBA, Jorge Muschietti.
Se trata de un estudio de ciencia básica, que si bien no busca resultados aplicables sino conocer cómo funciona ese mundo vegetal microscópico, Muschietti, investigador principal de Conicet, no descarta que como es un resultado lateral, algunos de estos hallazgos puedan ser usados para la producción de híbridos, que en la agricultura es de suma importancia.
Los científicos identificaron por primera vez que el polen secreta unas proteínas que le ayudan al crecimiento de su tubo polínico, estructura que crece del mismo grano de polen para alcanzar al óvulo de la flor y depositar las gametas o células reproductivas para una fertilización exitosa.
Muschietti trabaja en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (Ingebi). Las investigaciones sobre esta estructura fueron iniciadas por Martín Mecchia, becario posdoctoral del Conicet. También participó Sofía Somoza del Ingebi.
En detalle
En el estudio lograron deshabilitar genes específicos de las plantas y observar lo que ocurría durante el crecimiento del tubo polínico.
La conclusión a la que arribaron indica que las proteínas RALF4 y RALF19 (Rapid Alkalinization Factor) y otra de la familia de las extensinas (LRX), son fundamentales para que el crecimiento del tubo ocurra apropiadamente.
Estas dos proteínas secretan al medio extracelular del tubo polínico y, como explica Muschetti, le indican al propio tubo cuánto deben crecer y a qué velocidad lo deben hacer para llegar a tiempo y forma a los óvulos para llevar a cabo la doble fertilización.
Mientras tanto, el lado femenino, el gineceo, controla la calidad del polen. En caso de un error, “arresta” al tubo polínico para que no continúe con el proceso.
“Hasta el momento no se tenía conocimiento de que había regulación autócrina durante el crecimiento del tubo polínico. Nos queda por averiguar de qué manera estas dos moléculas que son extracelulares transmiten la información hacia el interior del tubo polínico para que vaya adecuando su crecimiento en su camino hacia el óvulo”, explica.
Fuente: elonce.com