Enviar o almacenar un correo electrónico también genera contaminación, un gesto que realizamos todos los días y probablemente varias veces.
Se trata de una tarea sencilla, que se realiza en pocos minutos, que nos permite comunicarnos con cualquier destinatario en tiempo real. Parece que sólo hay ventajas, pero en realidad el envío de correos electrónicos genera contaminación.
Así lo revelan los datos registrados por algunos estudios realizados sobre el tema y que no han hecho otra cosa que confirmar el impacto ambiental (negativo) causado por su simple correo.
Hace algunos años, un estudio de la Agencia Francesa de Medio Ambiente analizó en qué medida el uso del correo electrónico afectaba al consumo de energía y, en consecuencia, a las emisiones de gases de efecto invernadero. Y los resultados ciertamente no fueron alentadores: un solo e-mail de 1 megabyte emitió hasta 19 gramos de CO2, así que si se tiene en cuenta que el número de e-mails enviados cada día asciende a 190.000 millones, es fácil entender el impacto en el medio ambiente.
Los emails se alojan en centros de datos. La información esta duplicada por seguridad, en caso de que sufra un incendio o avería el data center. Como están permanentemente encendidos, se requiere de refrigeración para su buen funcionamiento. Ese proceso consume alrededor del 40% de la energía.
Y con la constante evolución de la digitalización, la contaminación ambiental también parece estar destinada a crecer. En este sentido, los datos del Cisco Visual Networking Index hablan claramente: los 46.600 Gigabytes por segundo producidos en 2017 podrían llegar a ser 150.700 en 2022.
¿Se puede hacer algo para reducir la contaminación del correo electrónico?
Sólo algunos pequeños consejos que a la larga podrían marcar la diferencia: elimina los correos electrónicos que ya no se necesita, adjunta fotos de baja resolución cuando sea posible o adjunta archivos comprimidos siempre que puedas.
Nuestra huella digital, aunque raramente se habla de ella, es muy contaminante.
Liberar espacio en Gmail fácilmente.
Google nos ofrece a todos 15 GB de espacio de almacenamiento para las cuentas Gmail. Un espacio que consume recursos energéticos.
Vamos a ver algunos trucos para ayudarnos a liberar espacio en nuestras cuentas de Gmail de forma sencilla.
Primero, básico y muy importante, borra siempre los correos que sean innecesarios. Segundo, borra los correos más pesados, los que más espacio ocupan en tu cuenta, por tanto, los más contaminantes.
Un truco que puedes usar para borrar los correos “pesados” es ir a la barra de búsqueda (arriba) y escribir “size:5MB“. De esta forma, con esta búsqueda te mostrará todos los correos que tengan un tamaño igual o mayor a 5 MB. Ya sólo tendrás que repasarlos e ir borrando todos los que sean innecesarios.
Otro truco es ordenar los correos según su peso. Para esto, escribimos en el buscador “larger:size in MB“, de esta forma podrás los correos más contaminantes y poder borrarlos.
Fuente: Ecoinventos