Canarias está expuesta a nuevos tsunamis como el que sufrió en 1755 e incluso puede desencadenar uno de dimensiones globales que sería 2.000 veces peor que el de Indonesia en 2018. El resurgimiento de la actividad volcánica de Cumbre Vieja, en La Palma, aumenta los riesgos.
Este artículo se publicó originalmente el 31 de mayo 2021 y se actualiza a 14 de septiembre del mismo año a tenor de nuevas informaciones.
Canarias está expuesta a nuevos tsunamis como el que vivió en noviembre de 1755 como consecuencia del Gran Terremoto de Lisboa y también tiene uno de los volcanes más activos del planeta, potencialmente capaz de generar un tsunami con grandes olas que alcanzarían más de 100 metros de altura. La actividad sísmica detectada estos días en torno al volcán Cumbre Vieja, en La Palma, aumenta los posibles riesgos.
El Gran Terremoto de Lisboa se originó en algún punto del océano Atlántico, a menos de 300 km de la capital portuguesa: fue seguido por un tsunami y un incendio que causaron la casi destrucción total de Lisboa y la muerte de entre 60.000 y 100.000 personas.
Canarias registró los efectos de esos episodios, que afectaron a todas las islas, según el primer estudio sobre los efectos catastróficos causados por tsunamis en las Islas Canarias en los últimos 500 años.
El estudio, publicado en la revista Geosciences, fue desarrollado por científicos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife y de la Universidad de La Laguna.
Después del Gran Terremoto de Lisboa, el mar se retiró en Tenerife y Gran Canaria más de 1 kilómetro, para regresar unos 10 minutos más tarde y penetrar tierra adentro: dejó una distancia inundada de costa de alrededor de 1 km, escriben los autores en su artículo. Este proceso de inundación y retirada del mar se repitió hasta tres veces.
En el Puerto de La Luz, en Gran Canaria, el mar inundó la Ermita de Nuestra Señora de La Luz y, cuando se retiró, la dejó llena de pescado. También dejó al descubierto los restos de un naufragio que unos curiosos acudieron a verlo, hasta que el mar regresó de nuevo y se los llevó por delante.
Los autores estiman que el nivel de inundación por este tsunami fue de más de cinco metros, si bien los daños causados por el oleaje fueron escasos porque la ocupación de la costa era baja debido a los frecuentes ataques de piratas.
Peligros futuros
Los autores de esta investigación señalan que un episodio similar al de 1755 puede volver a repetirse.
Consideran que Canarias está situada cerca del límite de las placas norteafricana y europea, donde está colocado uno de los segmentos sismogénicos más peligrosos, que ya fue el origen del Gran Terremoto de Lisboa.
Esta zona se la relaciona también con otros eventos históricos que se remontan hasta 216 años antes de nuestra era, e incluso con uno de 1731, precursor tal vez del de 1755.
En la actualidad, esta zona sísmica sigue activa y relacionada con los grandes terremotos seguidos de tsunamis que tuvieron lugar en 1969 y 1975 (que también impactaron levemente en Canarias).
El terremoto seguido de tsunami de 1969 se originó en el Banco de Gorringe, una montaña submarina situada a unos 130 kilómetros al oeste de Portugal, entre las Azores y el Estrecho de Gibraltar.
Aunque aquel tsunami no tuvo mayores repercusiones en las islas, los autores de esta investigación consideran que en la actualidad esa zona representa una de las mayores amenazas para Canarias, especialmente para la isla de El Hierro (zona de El Golfo) y el norte de Lanzarote, consideradas las más amenazadas ante esa eventualidad, con olas de entre 4 y 5 metros de altura surgidas del Banco de Gorringe.
Los autores han calculado asimismo la posibilidad de episodios como el de 1755 que pueden ocurrir a partir de esta zona: la recurrencia oscila entre los 700 años y los 3.500 años.
También identifican una falla ubicada entre Gran Canaria y Tenerife como potencialmente capaz de generar grandes terremotos.
Esta falla se relaciona con el mayor terremoto registrado en Canarias, que tuvo lugar el 9 de mayo de 1989 con una magnitud de 5,3 grados y que tuvo su epicentro en el mar, a 15 kilómetros del litoral de Güímar (Tenerife).
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La sombra de Cumbre Vieja en La Palma
Los autores de esta investigación consideran que el riesgo de tsunamis no procede solo del mar: también de desprendimientos masivos de rocas litorales, como el ocurrido en noviembre de 2020 en la isla de La Gomera: aunque esta fue una caída de rocas relativamente pequeña, los investigadores asumen que pueden ocurrir otras más grandes.
Los autores advierten que la ocurrencia de grandes deslizamientos de tierra en las Islas Canarias podría ser uno de los principales peligros que afectan a sus costas.
La mayor amenaza en ese sentido procede del volcán Cumbre Vieja, el más activo de Canarias y uno de los más activos del planeta. Uno de sus flancos ha comenzado a desplazarse hacia el océano, y su eventual caída provocaría un desastre equiparable al impacto de un meteorito contra la superficie terrestre, según un modelo informático elaborado por científicos europeos y norteamericanos.
De llegar a fracturarse completamente, caería al mar una gigantesca masa de tierra de entre 200 y 500 kilómetros cúbicos, que puede generar tsunamis con grandes olas que alcanzarían más de 100 metros de altura: los riesgos serían catastróficos no solo para Canarias, sino también a escala global, afectando a unos 100 millones de personas.
Aumenta la actividad volcánica en Cumbre Vieja
Toda esta preocupación se ha incrementado con un nuevo enjambre de terremotos que se inició el lunes 13 de septiembre de 2021 bajo el área del volcán La Cumbre Vieja, en la parte sur de la Isla de La Palma.
El Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias ha decretado la alerta amarilla, que señala un incremento de la actividad de Cumbre Vieja. Si la escalada prosiguiera, el siguiente nivel sería el naranja (probable erupción a corto plazo) y a continuación el rojo (erupción volcánica en proceso o inminente).
Hasta el momento, se han detectado más de 350 temblores, incluidos 14 terremotos de magnitudes superiores a 3,0, y 226 terremotos de entre 2,0 y 2,9, informa Volcano Discovery, un servicio global sobre actividad volcánica en todo el mundo.
El más fuerte fue un evento de magnitud 3.4, que ocurrió a 9 kilómetros de profundidad a las 00.46 am hora local del 13 de septiembre, que fue sentido por los residentes cercanos.
La mayoría de los terremotos ocurren a poca profundidad, alrededor de los 8-12 km. El nuevo dato sugiere que hay nuevo magma entrometiéndose en un depósito situado debajo del volcán, según este informe.
El magma está subiendo
Si esto pudiera conducir o no a una nueva actividad volcánica es imposible de decir todavía, ya que no parece haber otros signos de disturbios volcánicos significativos de momento.
En el pasado también han ocurrido enjambres de terremotos similares, más recientemente a fines de diciembre del año pasado.
Sin embargo, en ese entonces, los terremotos fueron más profundos (alrededor de 30 km de profundidad).
Que ahora surjan a 9 kilómetros podría indicar que el magma se ha elevado más en los sistemas de almacenamiento subterráneo del volcán, concluye Volcano Discovery.
Mucho peor que el de Indonesia
El experto en tsunamis de la Universidad de Rhode Island (USA), Stéphan Grilli, ha analizado en profundidad el colapso del flanco del volcán Anak Krakatau, que se desencadenó por una erupción el 22 de diciembre de 2018.
Ese colapso generó un tsunami que golpeó la costa de Indonesia con olas de hasta 5 metros, dejando 420 muertos y 40.000 desplazados de sus hogares. Grilli considera que Canarias representa una amenaza mucho mayor que la del volcán Krakatau.
Sin hablar directamente de Cumbre Vieja, señala que «nuestra mirada está puesta en las Islas Canarias, porque ese volcán muestra signos de volverse inestable y una erupción podría causar un gran deslizamiento de tierra en uno de sus flancos, que según los estudios podría ser hasta 2.000 veces más grande que lo que vimos en Indonesia».
«Eso podría crear un mega-tsunami, con el potencial de causar inundaciones a lo largo de la costa este de los Estados Unidos, en algunas áreas dos veces más grande que un huracán de categoría cinco. Podría significar una gran destrucción a lo largo de la costa este», concluye Grilli.
Mega deslizamientos posibles: hay que prepararse
Los autores de la investigación de la ULL concluyen que los tsunamis documentados corroboran la hipótesis de que Canarias podría verse afectada en el futuro por tsunamis desencadenados, tanto por terremotos lejanos, como por movimientos masivos de tierras como el que hipotéticamente podría provocar Cumbre Vieja.
Y terminan planteando la necesidad de actualizar los planes de emergencia de Canarias para prevenir posibles catástrofes a las que están expuestas las islas.
Destacan que los habitantes de Canarias no son conscientes del peligro de tsunami, por lo que no hay conocimiento de las medidas de autoprotección, como qué hacer o adónde ir en caso de tsunami.
Estos factores hacen que la vulnerabilidad de la población expuesta, tanto de residentes como de turistas, sea muy alta, por lo que proponen habilitar campañas de información y formación para que los ciudadanos conozcan el fenómeno, cómo les puede afectar y qué deben hacer en caso de que se produzca.
Por último, plantean la necesidad de adecuar los planes de emergencia de la Comunidad Autónoma de Canarias, cuyas costas podrían verse potencialmente afectadas por tsunamis, a la Directiva Básica de Planificación de Protección Civil contra Riesgo Sísmico.
Concluyen señalando que la población de las islas se concentra mayoritariamente en el perímetro costero, así como en las capitales con dos importantes puertos, y que la ordenación territorial no tiene en cuenta esta amenaza debido a su baja recurrencia y la falta de información sobre eventos pasados y los bajos daños causados.
Referencia
A Review on Historical Tsunamis in the Canary Islands: Implications for Tsunami Risk Reduction. Inés Galindo et al. Geosciences 2021, 11(5), 222. DOI:https://doi.org/10.3390/geosciences11050222.