Las calles, parques y otros espacios urbanos en ciudades Chinas como Xiamen, Fuzhou y Shanghái se vieron invadidas por cientos de bicicletas abandonadas que han sido transportadas a ‘cementerios’ de metal después de que durante el verano del año pasado, el bike sharing se volviera una fuerte tendencia en el país asiático provocando que muchas empresas incursionaran en este negocio que termino siendo un fracaso financiero para ellas.
El negocio consiste en rentar de bicicletas por medio de aplicaciones móviles sin necesidad de crear estaciones de depósito o lugares específicos para tomarlas y dejarlas. Las bicicletas se desbloquean mediante el app, pudiendo tomar cualquiera que te encuentres en tu camino y dejarla de igual forma una vez que hayas llegado a tu destino. El sistema no es malo en sí, y resulta muy prometedor para el beneficio de la movilidad y contaminación en ciudades tan densamente pobladas como esta, sin embargo, la rápida popularización del sistema provocó una sobre oferta a la que ni el gobierno, ni los usuarios estaban preparados. La ciudades se congestionaron y las empresas comenzaron a caer en bancarrota terminando por llenar parques, plazas y calles de bicicletas sin usar.
Algunas empresas han intentado disminuir el golpe económico ofreciendo sus unidades a varias ciudades de Europa. El sistema puede tener un impacto positivo en ciudades mejor planeadas dónde parte de la responsabilidad recaiga en la educación de los usuarios para evitar estacionarlas o amontonarlas en lugares prohibidos. El bike sharing es una tendencia que se esta expandiendo rápidamente por todo el globo, podemos tomar este ejemplo para rescatar lo mejor del sistema y aprender de sus fallas para obtener un beneficio personal, ambiental y cultura.
Fuente: Green Screen