Estudiantes de la UNAM han logrado desarrollar un proceso para hacer esto posible. Es bien sabido que las colillas de cigarro representa una fuente importante de contaminación, podemos encontrarlas tiradas por las calles, jardineras, parques, playas, etc. No hay una cultura para un manejo apropiado al memento de su desecho y esto genera otros problemas, principalmente en la zonas urbanas, donde se han convertido en fuente importante de alcantarillas tapadas, lo que provoca esos encharcamientos en época de lluvias. Además las colillas de cigarro tardan unos 12 años en degradarse.
Leopoldo Benitez, un estudiante de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM se planteó la pregunta de ¿qué deberíamos hacer con este tipo de desecho?, y así surgió la idea. Se comienza por degradar las colillas a partir del uso de un hongo, esto permite que un 25% de las colillas pasen a ser desecho orgánico y así puedan usarse como composta. La tesis de Leopoldo explica su búsqueda por el hongo que hace esto posible.
Al final optó por usar hongo basidiomicetos, los cuales crecen en los árboles y son causantes del deterioro en la madera, al colocarlos en frascos con algunas colillas estos organismos comenzaron a alimentarse de las mismas, logrando degradar hasta el 25% de estas.
El 75% restante es tratado para convertirlo en una sustancia muy parecida a la celulosa, con la que puede fabricarse papel. Un dato importante es que si tratamos un tonelada de colillas mediante este proceso podemos evitar la tala de hasta 14 árboles. Pero no sólo esto, cada colilla de cigarro puede contaminar hasta 50 litros de agua y si tomamos en cuenta que sólo en México se desechan unas 50 mil millones de estas cada año se torna en un tema preocupante.
Leopoldo nos muestra un método óptimo para desecharlas y además uno para su rehuso y que evita en cierta medida la tala de árboles.
Fuente; GreenScreen