Cuatro de los indicadores clave que se emplean para medir el avance del cambio climático registraron niveles récord el pasado año. Se trata de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, la subida del nivel del mar, el calor acumulado en los océanos y la acidificación también de los mares. La temperatura media global 2021 fue 1,1 grados Celsius más alta que los niveles preindustriales. Y los últimos siete años son los más cálidos registrados desde que arrancan las mediciones fiables, a mediados del siglo XIX, según el informe sobre el Estado del Clima Mundial de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que se ha presentado este miércoles.
António Guterres, secretario general de la ONU, ha considerado que este análisis es una “confirmación del fracaso de la humanidad para afrontar los trastornos climáticos”. En un discurso durante la presentación del estudio, el máximo responsable de Naciones Unidas, del que depende la OMM, ha puesto el foco en los combustibles fósiles, principales responsables de las emisiones que sobrecalientan el planeta y que están llevando a la humanidad “al borde de la catástrofe climática”. “Son un callejón sin salida, tanto desde el punto de vista ambiental como económico”, ha asegurado Guterres, quien se ha referido a la guerra de Ucrania y a los problemas que está provocando con el alza de los precios como “otra llamada de atención”.
Pero Guterres ha preferido centrarse en la solución, en las energías renovables, como también se hacía en la última entrega del informe del IPCC, el panel internacional de científicos que radiografían el cambio climático mundial para la ONU. “Es hora de poner en marcha la transición hacia las energías renovables antes de que sea demasiado tarde”, ha advertido el portugués, quien ha pedido que se tripliquen las inversiones en energías verdes hasta llegar como mínimo a los cuatro billones de dólares al año.
Pero, para desengancharse de los combustibles fósiles —el carbón, el petróleo y el gas— es necesario cortar los fondos públicos con los que los gobiernos los riegan. El secretario general de la ONU ha incidido en que, cada minuto, estos combustibles reciben 11 millones de dólares en subsidios en el mundo, mucho más de lo que va a a parar a las energías limpias. “Cada año, los Gobiernos de todo el mundo invierten alrededor de medio billón de dólares en bajar artificialmente el precio de los combustibles fósiles, más del triple de lo que reciben las energías renovables”, ha reprochado. “Hay que poner fin a este escándalo”.
Guterres ha pedido a las naciones que apliquen reformas para agilizar la implantación de renovables, que en ocasiones se ve frenada por “la burocracia, los permisos y las conexiones a la red”. “Pido a los Gobiernos que aceleren y agilicen la aprobación de proyectos solares y eólicos”. Además, ha abogado por que los países tejan una “coalición mundial” para impulsar el almacenamiento en baterías como forma de respaldo a las energías renovables en la que estén empresas de tecnología, los fabricantes y el sector financiero y que permita la transferencia de conocimientos. El llamamiento del secretario general de la ONU a favor de las renovables coincide con el anuncio de la propuesta de plan energético que se prevé que realice este miércoles la Comisión Europea y en el que se esperan medidas para impulsar el desarrollo de la eólica y la solar como antídoto frente a la dependencia de los combustibles fósiles que sufre la UE.
La apuesta por la renovables forma parte de la receta que propone la ONU para hacer frente a una crisis climática cuyas evidencias se recogen en el informe de la OMM presentado este miércoles. Y cuyas causas hay que buscarlas en las actividades humanas, que “están provocando cambios a escala planetaria en la tierra, el océano y la atmósfera”. Eso está ocurriendo con la subida del nivel del mar, que se prevé que no pueda revertirse durante miles de años. “El nivel medio del mar a escala mundial alcanzó un nuevo máximo en 2021, tras aumentar una media de 4,5 milímetros anuales durante el período 2013-2021″, señala la OMS. “Esta cifra, que es más del doble que la registrada entre 1993 y 2002, obedece principalmente a una pérdida de masa de los mantos de hielo más rápida”, añade. Ese incremento pone en peligro a cientos de millones de habitantes de zonas costeras del planeta y aumenta la vulnerabilidad a los ciclones tropicales.
Respecto a los gases de efecto invernadero, que se generan principalmente cuando se queman los combustibles fósiles, 2021 volvió a marcar concentraciones récord en la atmósfera. Y este 2022 va por el mismo camino según los datos que están aportando las estaciones de medición del dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, los tres gases de efecto invernadero más importantes.
Pero el principal de ellos es el dióxido de carbono. Alrededor del 50% de las emisiones mundiales de este gas procedentes de las actividades humanas acaban en la atmósfera y son las que sobrecalienta el planeta. Otro cuarto es atrapado por la vegetación. Y el 23% restante acaba en los océanos. El informe de la OMM alerta de que el nivel de acidificación del mar también llegó a niveles récord el pasado año y que esto amenaza a la biodiversidad y a la seguridad alimentaria, al turismo y a la protección de las costas. Además, los océanos también se están sobrecalentando hasta unos “niveles sin precedentes” y padeciendo “olas de calor marinas”.
Olas de calor y otros extremos
Esta crisis climática también se manifiesta en el incremento de fenómenos extremos, como las olas de calor, las inundaciones y las fuertes sequías. Este tipo de eventos está aumentando en frecuencia e intensidad, como dejaba claro el último informe del IPCC. Y el estudio de la OMM hace un repaso a los extremos vividos el pasado año, que causan miles de millones de euros en pérdidas económicas y humanas.
La OMM recuerda que en 2021 en la zona occidental de América del Norte y en el Mediterráneo se produjeron “olas de calor excepcionales que batieron récords”. En el valle de la Muerte (California) se alcanzaron los 54,4 grados el 9 de julio, “un valor similar al registrado en 2020 y que constituye la temperatura más alta observada en el mundo desde, al menos, la década de 1930″. En Siracusa (Sicilia) se llegó a 48,8 grados, lo que supone el récord provisional de Europa. El informe también recoge el caso de Montoro, un municipio de Córdoba en el el 14 de agosto se registraron 47,4 grados, “un récord nacional para España”. Ese mismo día, en la estación del aeropuerto de Barajas de Madrid se “registró su día más caluroso con 42,7 grados”.
Pero en cuanto a las olas de calor, la palma se la llevó en 2021 la que sufrió la provincia canadiense de la Columbia Británica, donde se llegaron a los 49,6 grados el 29 de junio, “lo que contribuyó a que se produjeran más de 500 muertes causadas por el calor y alimentó devastadores incendios forestales”, recuerda la OMM. Uno de los aspectos en los que más se ha avanzado en la ciencia climática en los últimos años es en la atribución de los fenómenos extremos al cambio climático. Este tipo de eventos siempre han existido, pero lo que buscan los informes de atribución es discernir en que medida el calentamiento global agrava una ola de calor o una inundación concretas. El estudio de la OMM recuerda que en el caso de la ola que golpeó a la Columbia Británica un fenómeno así hubiera sido “virtualmente imposible sin cambio climático”.
Fuente:
M. (s. f.-d). Cuatro de los indicadores clave de la crisis climática marcaron niveles récord en 2021 | madrimasd. Madridmasd. Recuperado 18 de mayo de 2022, de http://www.madrimasd.org/notiweb/noticias/cuatro-los-indicadores-clave-crisis-climatica-marcaron-niveles-record-en-2021