En un comunicado difundido por la Univesidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM) se dio la noticia de que la protección, rehabilitación y conservación del habitat del lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi) está teniendo buenos resultados, consiguiendo aumentar el número de ejemplares protegidos a 356 gracias al esfuerzo de especialistas y ciudadanos agrupados en 55 instituciones multidisciplinarias de las cuales 38 pertenecen a los Estados Unidos de América y el restante a México.
La especie llegó a extinguirse de la vida silvestre entre la década de los 40 y 70 debido a las grandes campañas de erradicación que buscaban mantener la producción de ganado en el territorio nacional. En 1976 fue declarado como especie en peligro de extinción cuando se contabilizaban aproximadamente 50 ejemplares.
El lobo mexicano es una de las especies más pequeñas de la familia, mide cerca de metro y medio con un peso entre los 25 y los 45 kilogramos. Viven entre ocho y trece años en manadas con hábitos nocturnos y su habitat comprende los estados de Sonora, Chihuahua, Chiapas, Texas, Nuevo México y Arizona.
En el comunicado se destaca la importancia de conservar los patrones conductuales silvestres y la estructura social en los ejemplares protegidos, con el fin de que puedan ser liberados de forma exitosa. No deben crear lazos afectivos con los humanos, ni dependencia alimenticia pues esto podría ocasionar que al ser liberados, los lobos busquen gente que muchas veces son su principal causa de riesgo.
El manejo en cautiverio también tiene un estricto plan genético y etologico, siendo los ejemplares más representativos los principales candidatos para en liberados y garantizar el salvamento genético. Se trata de que los lobos no tengan contacto con perros en rancherías y otros asentamientos urbanos pues se han encontrado híbridos llamados ‘loberros” o “coyolobos” que comprometen la protección genética de la especie.
Fuente: GreenScreen