Una solución que podría mantener vivo el hábitat de las abejas y mariposas que últimamente desaparecen de forma alarmante por todo el mundo, es la nueva tendencia de plantar flores silvestres en los parques solares. Las granjas solares son un rayo de esperanza para estos insectos en peligro de extinción.
En un principio las filas ordenadas de paneles solares ubicadas en las instalaciones de Pine Gate Renewables, al sureste de Oregón, se sentaban en medio de un antiguo y menguado pasto de ganado.
Pero en el 2017, la compañía sembró 41 acres con flores silvestres nativas de diversos colores. Este cambio no se hizo con un objetivo estético, aún cuando lo embelleció grandemente.
El objetivo de este proyecto, así como el de muchos otros parques solares similares, es ayudar a revertir la disminución preocupante de abejas, mariposas y otras especies polinizadoras.
Alrededor de 577 mil millones de dólares de la producción mundial por año está basada en la polinización, según las Naciones Unidas. Insectos y otros animales como murciélagos y colibríes se encargan de esta polinización.
Pero lamentablemente desde 2005, más de la mitad de las especies de abejas nativas en EE.UU. han sufrido un descenso de su población del 25 %, lo que las pone en peligro de extinción.
En cuanto a las mariposas monarca de América del norte, han disminuido en un 68% en los últimos 20 años. Esta información fue aportada por el centro sin fines de lucro para la Diversidad Biológica.
Los factores que influyen en esta disminución de insectos pueden ser el cambio climático, parásitos y el uso de pesticidas. Además de la destrucción de su hábitat, ya que muchos de ellos se transforman para uso agrícola.
Las instalaciones solares se multiplican.
Mientras el hábitat de los polinizadores disminuye, las instalaciones solares ganan terreno.
Según el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL), se espera que antes del 2050 EE.UU. convierta 6 millones de acres en instalaciones solares.
Este hecho es visto por algunos investigadores como una oportunidad de reclamar estas tierras para las especies polinizadoras. La idea es reemplazar la grava o hierba de estos sitios por flores silvestres. Estas flores son las necesarias para la polinización y producción del néctar que comen los insectos.
Scott McArt, entomólogo de la Universidad de Cornell dice:
“Si podemos crear un hábitat donde antes no existía, como en las granjas solares, es probable que tengamos un impacto positivo”.
Fuente: Ecoinventos