Más de la mitad de las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York ya tienen huertos urbanos. Gracias a la organización local sin ánimo de lucro GrowNYC, The Mayor’s Fund to Advance NYC, y Grow to Learn, se ha desarrollado un programa para montar huertos sostenibles en las escuelas públicas. Ahora hay por lo menos 700 huertos en toda la ciudad, y los maestros están siendo testigos de un cambio en los niños, que están pasando más tiempo al aire libre y menos tiempo en un aula “tradicional”.
Desde los huertos en contenedores hasta los semilleros de botellas en las aulas, maestros y niños se están volviendo más creativos para cultivar sus propios alimentos en sus escuelas. Arielle Hartman, Coordinadora de Jardines Escolares de GrowNYC, dijo: “He visto a los maestros cultivar plantas en botellas de refresco y zapatos viejos“. Algunas de las verduras y frutas más populares que se cultivan incluyen tomates, pepinos, lechugas, berenjenas, menta o col rizada. En algunas escuelas también se cultivan uvas y fresas.
Los beneficios de la horticultura escolar van más allá de que los niños aprendan de dónde provienen sus alimentos, lo que constituye una lección importante. Para muchos niños, los huertos son un lugar de descanso y relax. Las escuelas están utilizando estos espacios verdes no sólo como herramientas de enseñanza y laboratorios prácticos para matemáticas y ciencias, sino que también se han convertido en escenarios para el crecimiento social y emocional, particularmente para los estudiantes que no les va bien en el ambiente tradicional de las aulas.
Como resultado, los maestros están siendo testigos de una reducción en los problemas de comportamiento. Julie Walsh, Directora Asistente de GrowNYC, dijo, “Los problemas de comportamiento se reducen dramáticamente cuando los niños están expuestos a la naturaleza y a este tipo de aprendizaje sensorial y experimental que ofrece el mundo natural“. Los patios verdes de las escuelas -que están repletos de frutas y verduras- proporcionan un “entorno saludable” para el disfrute de mayores y niños.
El programa se ha organizado de manera que incorporar nuevas escuelas va a ser muy sencillo. Se les proporciona talleres gratuitos, además de recibir materiales gratuitos de jardinería, acceso a una biblioteca de recursos en línea y a una red de jardinería, así como a las herramientas para solicitar una mini-subvención para iniciar o ampliar un huerto escolar.
El futuro de los huertos escolares sólo está limitado por la creatividad de los maestros, padres, administradores y estudiantes. Mientras todos los involucrados estén dispuestos a trabajar juntos, los huertos de las escuelas públicas pueden florecer en toda la ciudad.
Fuente: Ecoinventos