La mayoría de los materiales de las baterías de iones de litio de los coches eléctricos pueden ser reutilizadas, a través de un procedimiento que genera pocas emisiones de dióxido de carbono. El níquel, el cobalto, el manganeso y el litio se recuperan y reutilizan como materias primas.
Una empresa finlandesa ha conseguido mejorar los estándares para el reciclaje de los componentes de las baterías de iones de litio.
La legislación de la Unión Europea establece que sólo el 50% de los materiales componentes de las baterías de los coches eléctricos deben ser reciclables. Pero la compañía alcanzó el 80%.
La producción limpia de Fortum.
La compañía desarrolló un proceso de reciclaje hidrometalúrgico bajo en emisiones de dióxido de carbono que devuelve a los metales de las baterías a la cadena de producción.
Se estima a que el mercado global de reciclaje de baterías podría tener un valor de al menos 20.000 millones de euros al año para 2025.
Es una aplicación de una tecnología desarrollada por la finlandesa Crisolteq, que está asociada con Fortum para abordar los principales problemas de sostenibilidad de los vehículos eléctricos.
Las dos empresas construyeron una planta de reciclaje hidrometalúrgico cerca de la ciudad de Harjavalta, Finlandia.
Hay varias empresas interesadas en este sector industrial, hace unos días también hablábamos de la alemana Duesenfeld, que ha desarrollado un método de reciclaje mecánico de baterías, técnicamente factible y competitivo.
La empresa Aurelius Technology, en colaboración con la Universidad de Cambridge, también ha desarrollado un proceso hidrometalúrgico para el reciclaje de los residuos de baterías, la pasta.
Países como China, donde los coches y autobuses eléctricos ya son parte de su sociedad, comienza a desarrollar programas de reciclaje de baterías de coches eléctricos, de forma que puedan aprovechar las baterías que alcancen su vida útil.
Un mercado en pleno desarrollo y que explotará en los próximos años.
¿Cómo se reciclan las baterías de iones de litio?
El primer punto consiste en asegurar las baterías para ser tratadas mecánicamente. Posteriormente el plástico, el aluminio y el cobre se separan y se destinan a las cadenas de reciclaje.
Los componentes químicos son tratados mediante un proceso de precipitación química. El litio, manganeso, cobalto y níquel se separan y pueden ser entregados como materia prima a los productores.
Se espera que la demanda de níquel y manganeso aumente en un 800% en los próximos años. Las operaciones mineras para la extracción aumentarán en un 500%, pero con el proceso de reciclaje se puede reducir hasta en un 90%.
Fortum también está trabajando en la reutilización de baterías ya usadas de coches eléctricos, que no son adecuadas ya para su uso, pero que todavía tienen vida útil en el mercado del almacenamiento de electricidad, muy importante para el desarrollo de las energías renovables.
Según un pronóstico de la Agencia Internacional de Energía, el número de vehículos eléctricos en las carreteras del mundo aumentará de 3 millones a 125 millones para 2030.
Fuente: Ecoinventos