A pesar de que el plástico siempre ha sido un material fundamental para el desarrollo y bienestar de nuestra sociedad desde su aparición a mediados del siglo XX, actualmente constituye un importante desafío debido a los altos volúmenes de residuos que se generan cada año y su dañino efecto sobre el ecosistema, especialmente sobre el océano. Una fuente importante de estos residuos lo constituyen las herramientas relacionadas con la actividad pesquera, especialmente las redes, las cuales perjudican enormemente a la flora y fauna marina.
Un equipo de investigación de la URJC, integrado por miembros del Laboratorio de Tecnología de Polímeros (LATEP) y el Grupo de Ingeniería Química y Ambiental (GIQA), ha estudiado posibles usos para los residuos obtenidos a partir de redes de pesca de polietileno de alta densidad (PEAD). Aunque un primer objetivo fue la obtención de nuevo de redes de pesca a partir de este material reciclado, la presencia de sustancias inorgánicas, principalmente arenas, limita su reutilización al dificultar la preparación de las fibras necesarias. No obstante, el equipo de investigación de la URJC ha demostrado que son viables otros posibles usos para este residuo. “Para compensar la pérdida de propiedades del material reciclado tras su uso y reciclado, se ha mezclado con diferentes grados de PEAD virgen, con el objetivo de utilizar las mezclas obtenidas en la fabricación de envases y botellas destinadas al contacto no alimentario”, explica Carlos Domínguez, director del LATEP y coautor del estudio. De esta manera, mediante una selección de materiales vírgenes adecuados y la posterior mezcla con el material reciclado, el equipo de investigación ha logrado compensar la pérdida de propiedades del material recuperado a partir de redes tras su uso y reciclado, dotando a este material de potenciales aplicaciones dentro de la industria.
Estos resultados, publicados en la revista científica Polymers, podrían ser de una gran utilidad para colaborar en canalización y gestión de los residuos de redes de pesca. Según un informe de Greenpeace, unas 640.000 toneladas de “redes fantasmas” acaban en los mares y océanos cada año: una cifra que equivaldría al 10% de los plásticos que se encuentran en el ecosistema marino siendo directamente responsable de la muerte de muchos animales marítimos. Además, su uso en aplicaciones para envasado puede ayudar a cumplir los objetivos de desarrollo sostenible marcados por la Unión Europea para 2030, donde se establece el objetivo de que más de la mitad de los materiales plásticos desechados deberán ser reciclados. Por lo tanto, según apunta Carlos Domínguez, “las nuevas posibilidades que se abren para este tipo de residuos podrán contribuir a la reducción de plásticos, principalmente en entornos marinos, y suponen un pequeño paso más hacia el desarrollo de una Economía Circular de los plásticos cada vez más real”.
Referencia bibliográfica:
Juan, R.; Domínguez, C.; Robledo, N.; Paredes, B.; Galera, S.; García-Muñoz, R.A. Challenges and Opportunities for Recycled Polyethylene Fishing Nets: Towards a Circular Economy. Polymers 2021, 13, 3155. https://doi.org/10.3390/polym1318315