Tras las primeras pruebas en el mar, el proyecto cambia de forma sus barreras flotantes y se prepara para su lanzamiento oficial en la isla de los residuos del Pacífico a finales del verano.
El proyecto de limpieza del océano comenzó la cuenta atrás para el lanzamiento de sus primeras barreras marinas para la recogida de plástico. Desde la primera versión del proyecto, diseñada en 2013, hasta la que será lanzada este otoño, muchas cosas han cambiado.
Después de las pruebas en el mar, el equipo del proyecto se vio obligado a volver a rediseñar sus barreras flotantes para hacerlas a prueba de viento y olas. El diseño original consistía, de hecho, en un sistema flotante dejado a la deriva a merced de la corriente. La estructura se compone de tubos de 1 a 2 km de longitud, un panel rígido colocado debajo de ellos para recoger los fragmentos de plástico bajo la superficie del agua y un anclaje a unos 600 metros de profundidad que ralentiza su desplazamiento.
Se ha quitado el anclaje y se han rediseñado las barras porque el panel inferior cuelga 3 metros por debajo de la superficie en el centro del sistema, adelgazando por los lados. De esta manera, la parte central siempre quedará detrás y los bordes laterales, más aerodinámicos, delante, formando una especie de boca gigante. Los residuos plásticos recogidos serán transportados a un barco cada pocos meses y llevados a tierra para su reciclaje. Toda la electrónica del proyecto, como sensores, cámaras, luces, módulos de navegación y antenas de satélite, son alimentados por energía solar.
La intención es desplegar 60 unidades, que deberían limpiar el 50% del gran continente de Basura del Pacífico en cinco años.
Fuente: Ecoinventos