Reino Unido ha dado un importante paso en la lucha contra la contaminación de los ecosistemas marinos, al prohibir el uso de los altamente tóxicos microplásticos en la producción de cosméticos y productos de aseo personal.
La medida, que entró en vigor el pasado martes, será completada con una prohibición de la comercialización de estos productos a partir del próximo mes de julio.
Estas minúsculas partículas de plástico, de menos de cinco milímetros de diámetro, se utilizan en la elaboración de productos como cremas exfoliantes, geles de ducha y pastas dentífricas. Toneladas de ellas acaban en los mares, donde causan daños a la fauna y flora, y llegan incluso, en última instancia, a ser ingeridos por seres humanos.
Estudios recientes han revelado que 269.000 toneladas de residuos de plástico flotan en la actualidad en los océanos. Las piezas grandes pueden asfixiar a animales como las focas, y las pequeñas son ingeridas por los peces y escalan por toda la cadena alimenticia hasta los humanos. Esto es peligroso, debido a los elementos químicos que contienen los plásticos, así como a las sustancias contaminantes que atraen cuando se encuentran ya flotando en el ecosistema marino. Los microplásticos constituyen una pequeña, aunque significativa, parte del problema global, y los activistas sostienen que son los residuos más fáciles de prevenir.
La preocupación generalizada sobre el impacto de los microplásticos en el medio ambiente ha llevado al Gobierno británico a actuar. Prometió por primera vez prohibirlos en septiembre de 2016, después de una medida semejante que entró en vigor en Estados Unidos en 2015, pero la norma no ha visto la luz hasta este martes.
“Los mares y océanos del mundo están entre nuestros activos naturales más valiosos y estoy decidida a actuar ahora para combatir el plástico que devasta nuestra preciada vida marina”, ha dicho la secretario de Estado de Medio Ambiente, Thérèse Coffey. “Los microplásticos son totalmente innecesarios, cuando existen tantas alternativas naturales disponibles, y estoy encantada de que, desde hoy, los fabricantes de cosméticos no podrán añadir estos plásticos dañinos a sus productos”.
“Confiamos en que esta medida marque el amanecer de una nueva era en la lucha por unos océanos más limpios y sanos, con Reino Unido liderando el camino y apoyando a otros países para asegurar que el plástico deja de llegar a nuestros océanos”, ha declarado Dilyana Mihaylova, de la ONG Fauna & Flora Internacional.
El Gobierno británico ya promovió en 2015, con mucho éxito, una norma que obliga a cobrar cinco peniques por las bolsas de plástico en los supermercados, que logró reducir su uso en Inglaterra en más de un 80% el primer año. La prohibición de los microplásticos constituye el inicio de un ambicioso plan gubernamental a largo plazo para el medio ambiente, que los más escépticos ven como una maniobra electoralista para atraer un voto joven que se le escapa al Partido Conservador. Otros problemas ambientales más graves, como las botellas de plástico o el sistemático incumplimiento de los niveles de polución en las principales ciudades del país, siguen sin visos de resolverse.
“En 2015 introdujimos la tasa de cinco peniques a las bolsas de plástico, ahora se utilizan 9.000 millones de bolsas menos. Eso marca una diferencia real. Queremos hacer lo mismo con todos los plásticos de un solo uso”, tuiteó el domingo la primera ministra, Theresa May, que planea pronunciar un discurso sobre medio ambiente a finales de esta semana.
Fuente: El pais (PABLO GUIMÓN)