Algunas creencias mexicanas vinculan al colibrí (trochilidae) con poderes sobrenaturales; comerciantes ilegales en el país venden estas hermosas aves, que cuando se encuentran con vida tienen un iridiscente color que nos cautiva a todos, junto con otros objetos para realizar rituales o hechizos como hierbas, incienso, velas, aceites e imagenes religiosas. El comercio ilegal de los colibríes es tan oculto por los Estados Unidos de América, que apenas hace una década era completamente ignorado por las leyes de aquel país.
En aquel entonces, la agencia del Servicio de Pesca y Vida Silvestre interceptó un paquete postal con decenas de estas aves sin vida, lo cual llamó la atencion de los funcionarios que se preguntaron por qué alguien querría esta cantidad de aves. El investigador James Markley contó en un entrevista para National Geographic como las investigaciones lo condujeron a las peculiares creencias y la conexión amorosa que se les adjudica a estos animales en algunos ritos realizados en México y otros países de latinoamerica.
La investigación descubrió los cientos, o miles de ejemplares disecados que entran al país norteamericano para ser vendidos en santerías hispanas a la comunidad creyente de estos rituales, mayormente personas latinas. El ave, también conocida en el círculo ilegal como ‘chuparrosa’, se pseudo embalsama para ser atado con hilos rojos, ropa interior de las personas elegidas e incluso puede revestirse con miel para realizar este ritual que supone garantizar el amor y la fidelidad de la persona al que se le dedica.
Agentes federales encubiertos encontraron en venta ejemplares envueltos con una oración de amor a un precio promedio de 45 dólares. en el estado de Texas, siguieron a un traficante durante meses, con el cual realizaron transacciones de más de 100 colibríes en los que se identificaron 10 especies distintas, entre ellas algunas que se encuentran en grave descenso de población. En mayo del 2014 fue arrestado acusado de cinco cargos, pero el juez del caso lo sentenció a cuatro años de libertad condicional y una multa de 5,000 dólares, un castigo tan leve que Markley lo considero como una victoria para el contrabando.
En el 2009, la misma agencia realizo una investigación encubierta en la Ciudad de México donde documentaron más de 650 especímenes muertos en venta, desde entonces se ha trabajado para rastrear las aves provenientes del país, dónde se cree que hay alguna especie de ‘granja’ para producirlos debido a la gran cantidad que se ofrece. 17 especies de colibrí migran entre el territorio de EEUU y México, por lo que es necesario una aplicación de las leyes en ambos lados de la frontera, sin embargo, México no considera que exista un problema real con los colibríes. Joel González Moreno, director general de inspección de vida silvestre y recursos marinos de la Procuraduría Federal de Protección Ambiental, comentó vía correo electrónico a National Geographic: “No hemos detectado una situación de contrabando grave de este grupo de especies”, además aseguró que la principal preocupación de la especie es la pérdida de su hábitat, aunque también aseguro que los traficantes de animales pueden enfrentarse a penas de hasta 3 años, o incluso 20 si se asocián con el crimen organizado.
Fuente: GreenScreen
Fuente: Eduardo Berrueco