Cincuenta niños de la escuela primaria Kwamwatu en Kenia observan como Teddy Kinyanjui saca una honda dispuesto a disparar hacia un terreno vacío de la institución. A pesar de que pareciera un juego, Teddy les impartió una importante lección acerca de la naturaleza aquel día: La importancia de los arboles como alimento, refugio, combustible y como protegen a los cultivos y el suelo de la erosión del viento.
La munición de la onda es una pequeña bolita negra que los niños se sorprenden al saber que esta formada por una sola semilla de árbol cubierta de una capa de carbón. Las ‘seedballs’ de Teddy se repartirán por los secos terrenos de la escuela para replantar árboles y pasto en el condado de Machakos que se ha convertido recientemente en un terreno solo formado por polvo.
Una bola de semillas tiene el potencial de crecer otro millón de árboles, porque si se convierte en un árbol madre en un área que ha sido sobreexplotada y muy degradada, comenzará a replantar algunos de estos lugares.
Replantar los terrenos escolares puede ser un juego de niños, pero recuperar los territorios de todo un país es una tarea sumamente complicada. Se estima que en el país africano, cada año se pierden 5.6 millones de arboles y arbustos. La tala para la producción de carbón, junto con las grandes sequías, han dejado vulnerable y seca la tierra del país. También la fauna se ha visto afectada, cada vez es menos común lograr ver a las jirafas moverse por la región de Ngong debido a a pérdida de su habitat. Para dar batalla a este grave problema, Teddy Kinyanjui desarolló las bombas de semillas y lograr la reforestacion del pais.
Las semillas están cubiertas de nutrientes que la protegen de los animales y las extremas temperaturas, hasta el momento en que la lluvia llegue y pueda crecer. De esta forma, su uso es tan sencillo como lanzarlas a los terrenos y esperar. Con ayuda de aviones y helicópteros se ha logrado hacer el trabajo de una forma mucho más rápida, Teddy incluso ha convencido a algunas compañías de chárter de colocar bolsas de semillas debajo de los asientos de los helicópteros para que los viajeros puedan aventarlas desde el aire y unirse al esfuerzo de reforestación.
Esto significa poder reducir el costo de la plantación de árboles increíblemente en comparación con el método tradicional de cavar hoyos y transportar plántulas.
El proceso además de ser mucho más rápido, también es más barato. Cada ‘seedball’ cuesta alrededor de dos centavos de dólar, transmitiendo el mensaje de que ya no es necesario invertir grandes cantidades de dinero para plantar miles o millones de árboles. A la fecha se han vendido más de dos millones de semillas.
La reforestación es clave para el desarrollo de Kenia, donde aproximadamente el 90% de las casas en la zona rural utiliza la madera como combustible principal. Además, millones de kenianos se están viendo afectados por las pobres cosechas que la deforestación trajo consigo.
‘Seedballs’ comenzó a exportar semillas al Congo, y Teddy espera que pronto su proyecto pueda ayudar a reforestar zonas de todo el mundo:
El sueño para Seedballs Kenia es hacer un cambio positivo a un costo que podamos pagar.
Fuente: Ecoinventos