Es hora de dejar de poner paños calientes a la situación del planeta. La raza humana ha conspirado para exterminarse, al menos en este planeta. Según un estudio de Yann Robidou du Pont, de la Australian-German Climate & Energy College de la Universidad de Melbourne, y Malte Meinshausen, del Potsdam Institute for Climate Impact Research, si continuamos como hasta ahora, pronto todos estaremos muertos.
El estudio, titulado “Warming assessment of the bottom-up Paris Agreement emissions pledges“, se publicó el 16 de noviembre de 2018 en la revista Nature Communications. Afirma que si China, Rusia y Canadá continúan con sus medias tintas en relación a sus medidas para frenar el aumento de la temperatura global, el mundo se calentará 5º C en el año 2100. Ese aumento es una sentencia de muerte para la humanidad y prácticamente para todos los seres vivos de la Tierra.
Pero hay buenas noticias. Las políticas actuales de Estados Unidos y Australia sólo matarían a la mayor parte de la población mundial al permitir un aumento de la temperatura media mundial de 4º C. Europa lo está haciendo mejor, pero sus esfuerzos conducirán a un aumento de 3º C, suficiente para causar la muerte de miles de millones de personas.
De todas las naciones desarrolladas, India está haciendo el mejor trabajo. Sus políticas, si se aplicarán de forma global, limitarían el aumento de la temperatura a poco más de 2º C. Puede ver dónde cae cada país en relación con los demás en el mapa interactivo de Paris Equity Check.
Como parte de los acuerdos de París sobre el clima de 2015, cada nación se comprometió a tomar medidas para limitar su contribución al calentamiento global, conocidas como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional. Los acuerdos de París reconocieron que la única solución era dejar que cada país estableciera sus propias metas.
Se supone que casa país tiene en cuenta el grado en que ha contribuido históricamente al aumento de la temperatura mundial y su capacidad para soportar los costes de descarbonizar su economía.
Los autores del estudio reconocen que cada país marcará sus metas para reflejar sus propios intereses. Su propósito es proporcionar un marco que permita a cada nación comparar sus acciones con las de otras naciones. “Este documento proporciona un medio para que los países comprueben cómo pueden percibir su contribución otros países y juzgar así si son percibidos como líderes o rezagados en materia de clima“, dijo Joeri Rogelj, del Imperial College London, a The Guardian.
A pesar de los sombríos resultados del estudio, sus autores ven un rayo de sol en todo esto. “El resultado positivo de este estudio es que tenemos una métrica para evaluar el aumento de la ambición. La sociedad civil, los expertos y los responsables de la toma de decisiones pueden usar esto para responsabilizar a sus gobiernos, y posiblemente emprender casos de litigios climáticos, como ocurrió recientemente en los Países Bajos“, dice du Pont.
“Esta métrica traduce la falta de ambición a escala global a una escala nacional. Si nos fijamos en el objetivo de tratar de evitar daños a la Tierra, entonces soy pesimista, ya que esto ya está sucediendo. Pero esto debería ser una motivación para aumentar la ambición y evitar el calentamiento global tanto y tan rápido como sea posible. Cada fracción de grado tendrá un gran impacto”.
En un momento en que la cooperación internacional será necesaria en una escala nunca antes vista, muchos países -incluidos los Estados Unidos- están cayendo en un fervor nacionalista que demoniza a los extranjeros, reduciendo las posibilidades de cooperación y exacerbando el problema.
Fuente: El Economista