Estamos en un momento de la humanidad en el que todo lo que conocemos se está convirtiendo en software y el dinero no es una excepción. Cada vez que alguien hace una transacción con criptomonedas, no está realizando una simple transferencia de valor sino ejecutando un programa que le da al dinero una característica inédita en su historia: comportamiento.
Con las criptomonedas, el dinero evoluciona. Pasa de una simple unidad contable a un programa diseñado para adecuarse a las necesidades de hombres y mujeres inmersos en el Siglo XXI.
De esta forma, Blockchain (la tecnología subyacente a todas las criptomonedas) aplica a las finanzas la misma lógica de transformación digital que Internet aplicó a las comunicaciones hace 30 años. De hecho, ambos proyectos se basan ideológicamente en los mismos valores: distribución, descentralización, democratización.
Como todo cambio de paradigma, es evidente que esta tecnología no sólo afecta a nuestras finanzas personales, sino que viene acompañado de una transformación estructural del sistema financiero tal como lo conocemos y de un cambio cultural para nuestras sociedades.
Bitcoin es solo el primer paso. La primera moneda nativa de Internet es también el primer caso de uso de la tecnología Blockchain y hoy -a solo 10 años de su nacimiento- las corporaciones más grandes del mundo y los líderes políticos más poderosos se ven forzados a dar su visión al respecto.
Para los que estamos en esta industria desde el inicio, es evidente que durante los próximos años vamos a presenciar una explosión de nuevos usos de esta tecnología para el registro de todo tipo de activos. Los primeros asentados en la Blockchain ya nacieron digitales (las criptomonedas como el ejemplo más claro), pero muy pronto veremos digitalizados activos inmobiliarios, commodities y hasta participaciones en empresas.
Blockchain no tiene fronteras. En esta línea, es muy probable que Internet misma se convierta en el próximo mercado de capitales, haciendo obsoletas las bolsas de valores y permitiendo a empresas grandes o pequeñas financiarse a escala global.
Ejemplos de esto se ha podido ver con la explosión de las ICOs (emisiónes inciales de monedas) que sucedió en el 2017 donde las start-up crytpo llegaron a recaudar más de 20 billones de dolares con este modelo de capitalización aunque estas emisiones entre otras cosas fueron afectadas por regulaciones que llegaron más tarde y dieron origen a las más recientes STOs (ofertas de securities) con mayor claridad regulatoria y paises que intentan posicionarse como amigables para elllas. Estas también se emiten 100% en Blockchain aunque algunas tienden a representar activos subyacentes y están en mayor boga en este momento, llevand recaudados más de 600 millones y ciertos informes indican que llegarán al trillon para el 2025.
Pueden imaginarse el valor radical que esto aporta a mercados emergentes como el de América Latina. Esto es simplemente el comienzo.
Fuente:
Sebastián Serrano, S. S., & Rodolfo Andragnes, R. A. (2019, 20 agosto). Internet: el nuevo mercado de capitales. Recuperado 21 agosto, 2019, de http://www.telam.com.ar/notas/201908/385746-internet-el-nuevo-mercado-de-capitales.html