La aplicación conjunta de una economía circular y la bioeconomía es una de las mejores maneras de usar los recursos naturales de forma sostenible. Así lo afirma un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (Circular Economy and Bioeconomy – Partners in Sustainability), el cual sostiene que la aplicación conjunta de estos dos conceptos, aplicando principios de diseño específicos dentro de un enfoque sistémico, mejoraría la eficiencia de los recursos naturales y reduciría la presión sobre el medio ambiente.
Con una población mundial de 7.600 millones de personas, en el horizonte los 9.000 millones, con el objetivo de lograr un bienestar amplio e inclusivo, en un planeta con recursos naturales limitados, si continúa basándose en un modelo de alto consumo de recursos naturales, no hará sino agravar la crisis ecológica y se verá afectada por la escasez de recursos naturales.
Según el informe, la creciente demanda de alimentos, piensos, biomateriales y recursos bioenergéticos podría dar lugar a una sobreexplotación de los recursos naturales. Al prolongar la vida útil de los productos y materiales reciclados, un enfoque circular basado en la bioeconomía puede ayudar a mantener el valor de los materiales y su uso durante más tiempo, así como a evitar el desperdicio de residuos naturales no reciclados.
Economía circular.
Hay tres tipos de recursos naturales extraídos y usados con finalidad económica: minerales, combustibles fósiles y materiales de origen vegetal/animal. El cambio de modelo económico, de un modelo con un alto consumo de recursos naturales a uno circular que minimiza el consumo de recursos naturales, tiene características diferentes para los tres tipos de recursos naturales.
Para algunos materiales naturales, como la madera o las fibras vegetales, la economía circular puede consistir en su reciclaje y reutilización.
Para otros, como los residuos orgánicos, puede consistir en la producción de energía renovable (biogás y biometano), y de compost que devuelve la materia orgánica a la tierra.
Para otros, como los residuos, subproductos y productos de origen vegetal y animal, puede consistir en el suministro de materiales renovables a las industrias de la construcción, el mueble, química y otras industrias, así como para la producción de energía renovable.
Estos usos diferentes de los biomateriales alimentan lo que se denomina la “bioeconomía”, que incluye actividades económicas crecientes que pueden generar importantes beneficios medioambientales y de empleo.
La economía circular presta mucha atención a la gestión de residuos y, en particular, a la llamada “jerarquía de residuos”, pero no presta tanta atención a la calidad de los materiales utilizados y a mejorar las posibilidades de reciclado.
Bioeconomía.
La bioeconomía es una oportunidad y una necesidad para nuestra sociedad, incluye la producción de recursos orgánicos renovables y su transformación en alimentos, piensos, productos orgánicos y bioenergía. Incluye la agricultura, la silvicultura, la pesca, la alimentación y la producción de pasta y papel, así como partes de las industrias química, biotecnológica y energética.
Estos diferentes usos de los biomateriales alimentan lo que se denomina la “bioeconomía”, que incluye actividades económicas crecientes que pueden generar importantes beneficios medioambientales y de empleo.
La creciente demanda de alimentos, piensos, biomateriales y recursos bioenergéticos podría empeorar la sobreexplotación de los recursos naturales. La prolongación de la vida útil de los productos y materiales reciclados, con un enfoque circular y basado en la bioeconomía, puede ayudar a mantener el valor y la funcionalidad de los materiales durante más tiempo, así como a evitar el desperdicio de biodiésel no reciclado.
Entre las innovaciones y estrategias más prometedoras para el uso circular de la biomasa se incluyen la biorrefinería, la impresión en 3D con bioplásticos, los cultivos polivalentes, el mejor aprovechamiento de los residuos alimentarios y los residuos y el tratamiento de los residuos biodegradables. Los consumidores también pueden contribuir a la sostenibilidad de la bioeconomía, por ejemplo, comiendo menos proteínas animales, evitando los residuos alimentarios y separando los residuos orgánicos de los otros residuos.
El desarrollo de la bioeconomía puede fomentar la gestión sostenible de los bosques, una mejor protección del medio ambiente, el apoyo a la agricultura multifuncional de calidad y un importante apoyo a los ingresos de los agricultores, junto con una gestión más innovadora y eficaz de los residuos en general, y los orgánicos en particular.
Para que seamos conscientes de su gran importancia, como ejemplo, *el sector agrario generó en España en 2013 un Valor Añadido Bruto de 21.707 millones €, representando el 2,5 % del PIB nacional, desarrollando su actividad en 890.000 explotaciones y generando 740.000 puestos de trabajo. El sector de la pesca generó en 2013 un VAB de 1.047 millones €, con un total de 5.025 explotaciones y 9.871 buques, 64.675 empleos. El sector de la industria alimentaria generó en 2012 un VAB de 28.448 millones €, representando el 2,7 % del PIB, con un total de 28.762 empresas y generando de forma directa 480.000 puestos de trabajo. El sector de la silvicultura y explotación forestal más la industria de la madera, corcho y papel, generó en 2012 un Valor Añadido Bruto (VAB) de 5.936 millones de €, representando el 0,56 % del PIB nacional. El sector biotecnológico, según datos INE 2013, está conformado por 2.831 empresas que emplean a 172.939 trabajadores, de las que 9.135 realizan I+D en biotecnología, contando con 5.148 investigadores. Son 530 empresas trabajando en I+D: 196 en salud animal y acuicultura; 314 en alimentación; 206 en agricultura y producción forestal; 182 en medio ambiente y 159 en industria.
Economía circular + bioeconomía = sostenibilidad.
Las cifras son importantes. En 2014, la bioeconomía representaba el 9% del total de la economía europea y más del 25% de los flujos materiales usados: el 63% procedía de la agricultura, el 36% de la silvicultura y sólo el 1% de la pesca. Cada año se generan en Europa entre 118 y 138 millones de toneladas de residuos biodegradables, de los cuales unos 100 millones son residuos de alimentos, de los cuales sólo el 25% se reciclan.
Existen muchas sinergias entre la economía circular y la bioeconomía, sinergias que deben aprovecharse cada día más, #CoñecementoParaTodos.
Tanto la economía circular como la bioeconomía, como actividades de una economía verde, deben prestar una atención global e integrada a la sostenibilidad medioambiental: la retirada de los materiales biológicos -que también van en aumento para sustituir a los no renovables, porque son biodegradables y, en general, más respetuosos con el medio ambiente y porque son fuentes de energía renovable- no deben ir en detrimento de la protección de la biodiversidad y no deben cambiar la función primaria de la agricultura, que debe seguir siendo la de producir alimentos.
Europa quiere apostar por la bioeconomía y la economía circular de forma decidida en los próximos años, incrementando las cuantías de los fondos
FEDER destinados a promover la innovación o de fondos del desarrollo rural.
Fuente: Ecoinventos