La crisis sanitaria por COVID-19 en México no ha llegado a su fin, ya que México atraviesa por una tercera ola de contagios, así como retos en materia de cuidado de la salud e inoculación de la población. Además, la pandemia cambio las reglas del juego de los negocios y detonó nuevos hábitos de consumo impulsados por el ecommerce, el home office, el streaming y el uso de apps de delivery, entre otros.
En este contexto, las empresas mexicanas no solo tendrán que afrontar los desafíos que marca la nueva normalidad y gestionar de manera eficiente sus activos físicos que van desde inmuebles, flotillas de vehículos e inventarios, hasta recursos económicos y capital humano, sino fortalecer y gestionar uno de los conceptos más relevantes en el escenario posCOVID: la economía de los intangibles.
En el futuro próximo, las compañías se moverán hacía una economía basada en el conocimiento y activos que no se pueden ni ver, ni tocar, ni medir de manera tradicional como la propiedad intelectual, patentes, software, ideas, innovación tecnológica, posicionamiento, branding , capital intelectual, entre otros, elementos que se han convertido en una de las mayores fuentes de capitalización para las organizaciones.
Dentro de la economía de los intangibles, existe un elemento clave que permite a las compañías destacar frente a la competencia, sortear diversas contingencias y ganar la preferencia de los consumidores al momento de tomar sus decisiones de compra: la reputación corporativa.
Lo que hacemos, lo que decimos y lo que otros están diciendo sobre nuestra marca son los elementos que perfilan de manera continua nuestra reputación, así como la percepción que tienen las audiencias sobre nuestra empresa, lo cual se trascienda en el tiempo o desaparezca.
En el marco de esta economía, actualmente las decisiones de inversiones, fusiones y adquisiciones, entre otras, depende en gran medida del grado de admiración, respeto y confianza que inspiran las marcas, compañías y gobiernos a nivel global, lo cual genera valor social y una cúpula de hierro para afrontar la crisis.
Según el estudio El estado de la reputación corporativa en 2020 , elaborado por la consultora de comunicación Weber Shandwick, la reputación supone un 63% del valor de mercado de una marca y contribuye significativamente al éxito de una compañía. Además, el 58% del valor de una empresa es atribuido a la reputación del CEO.
Depositphotos.com
Por otra parte, la consultora Merco compartió recientemente el 9 ° ranking Merco Empresas y Líderes México , el cual muestra quienes tienen la mejor reputación en el. Dentro de la edición 2021. Grupo Bimbo ocupa el primer puesto del top 10 tras cinco ediciones consecutivas, seguido de Grupo Modelo y Walmart; el listado lo completan BBVA, Pfizer, Google, Nestlé, Amazon, Natura y Mercado Libre.
Cabe destacar que el perfil reputacional de Merco para cada organización incluye tres fortalezas y una debilidad entre dieciocho variables como: valor de la marca, recomendación de los clientes, calidad laboral, marca empleador reconocida, orgullo corporativo, comportamiento corporativo ético, responsabilidad social y medioambiental , así como cultura de innovación y cambio, etc.
Ante este escenario, es importante para las compañías mexicanas ganarse la confianza de sus audiencias, en especial del consumidor, a través de estrategias de comunicación digital, gestión de reputación corporativa y relaciones públicas para fortalecer de manera positiva su imagen y marca.
Fuente:
Esparza, MA (2021, 22 de noviembre). La reputación corporativa y la economía de los intangibles . Empresario. Recuperado 22 de noviembre de 2021, de https://www.entrepreneur.com/article/398436