Estamos hartos de leer cuánto van a cambiar los trabajos del futuro, si los robots vendrán a levantarnos de nuestra silla y lo necesario que es aprender a tolerar la incertidumbre en un entorno laboral que evoluciona más rápido que nuestra capacidad de analizarlo. Uno de los focos de estos debates se centra casi siempre en la educación: ¿qué tenemos que enseñar a los jóvenes que van a dedicarse a trabajos que aún no existen? Los planes de estudios de la universidad evolucionan más despacio que el mercado. Por eso, han surgido otras opciones que entran a formar parte del abanico de posibilidades para formarse.
Una de ellas es Ironhack, una startup fundada para cambiar la manera en la que aprendemos sobre tecnología. Sus cursos prácticos —los bootcamps— están orientados al desarrollo web, la experiencia de usuario y el análisis de datos. “Nuestra misión es transformar la educación tradicional”, asegura la startup. Y lo quieren conseguir centrándose en enseñar habilidades prácticas para que sus alumnos sean productivos desde el primer día en sus puestos de trabajo. Empezaron esta labor en Madrid, en otoño de 2013, y ahora están presentes en ciudades como Miami, Sao Paulo, Ámsterdam, Ciudad de México, Berlín, Lisboa, París y Barcelona.
Garazi Larrea es una de los 2.000 estudiantes que ya se han graduado en Ironhack. Fue una de las ganadoras de la Beca Wallapop, lo que le dio la oportunidad de poder hacer el bootcamp de experiencia de usuario. A día de hoy, está trabajando como digital designer en The Boston Consulting Group, una de las consultoras más exigentes del mundo. El de Larrea es solo un primer ejemplo: por las aulas de Ironhack pasan desde cocineros y personal del Ejército que quiere reorientar su carrera hasta alumnos de las universidades de Harvard y Stanford.
La idea que hay de base en este sistema de formación es que da igual de dónde vengas, cuál sea tu formación o tu experiencia: lo que más importa es tu talento. “Creemos en el talento y no en los títulos a la hora de elegir a nuestros alumnos. Y esto es extensible a profesores y al resto del equipo”, explican desde la startup. Tanto es así, que uno de los lemas de la plataforma reza: “Si demuestras lo que sabes pasando nuestra prueba técnica en directo, estás dentro”. La prueba a la que se refiere consiste en unos ejercicios de programación, de experiencia de usuario o análisis de datos.
Otro de sus principios fundamentales es primar la práctica por encima de la teoría. “Las clases teóricas nos aburren, queremos enseñar a los alumnos a desempeñar las habilidades prácticas que les van a demandar en la empresa”, aseguran. Por eso sus clases están enfocadas a aprender una tarea a base de practicarla para adquirir habilidades que vayan a resultar útiles a los alumnos en sus futuros puestos de trabajo. “Creemos en poder cambiar lo que impartimos sobre la marcha adaptándonos al mercado”. Así, aprovechan la flexibilidad que les da ser una startup y poder adaptarse rápidamente en comparación con la dificultad que tienen otras instituciones educativas, donde los programas docentes y la creación de nuevas carreras debe seguir un proceso burocrático que ralentiza que puedan adaptarse a las nuevas tendencias.
Y parece que el sistema funciona. Los rankings Course Report y SwitchUp han nombrado a Ironhack como el segundo mejor bootcamp del mundo y el primero de Estados Unidos. La tasa de colocación de sus alumnos (entorno al 85% a los tres meses de graduarse) es otro de sus atractivos. Lara Hoya es una de las miles de arquitectas que se vio afectada por la enorme crisis inmobiliaria que atizó España en la última década. Encontró muchas similitudes entre la arquitectura y el diseño digital y por eso se animó a meterse en el bootcamp de desarrollo web. Actualmente está trabajando como desarrolladora de iOS en el equipo de Cabify. Google, Visa, Twitter y Capgemini son otras empresas que ahora cuentan con alumnos que se formaron en Ironhack.
Esta propuesta educativa también atiende las demandas de las empresas, que buscan profesionales especializados pero con capacidad de adaptarse a trabajar en un sector tan cambiante como el de la tecnología. “Las actividades relacionadas con la informática son una verdadera oportunidad de desarrollo profesional. Las TIC vuelven a ser un valor seguro y educar a los jóvenes en profesiones con futuro es un verdadero reto”, explica Antonio Rueda, responsable de TIC Monitor, un informe que analiza las tendencias en el área de la consultoría tecnológica. Sigue existiendo una brecha entre las necesidades de contratación de las compañías tecnológicas en España y la disponibilidad de perfiles profesionales para su incorporación inmediata. Una brecha que Ironhack se ha propuesto eliminar.
Fuente EL PAÍS RETINA.