Hace tiempo que Facebook dejó de ser la red social favorita de los usuarios. Nadie le niega su potencial de alcance (más de 2.000 millones de usuarios) y que diez años después siga siendo la red social masiva en todo el mundo, pero no nos dejemos engañar por las cifras: la plataforma cada vez tiene más usuarios zombis y menos adeptos, ya que la mayoría encuentra mucho más atractivas otras redes sociales como Instagram y Twitter u otras aplicaciones de mensajería instantánea como Whatsapp.
Pero al margen de la sensación que podamos tener los usuarios, lo cierto es que Facebook tampoco ha puesto mucho de su parte para seguir cayéndonos bien. Ya no se trata de que la red social sea más o menos atractiva, sino de que parece evidente que la seguridad de nuestros datos personales no está garantizada ahí dentro.
De hecho, solo en el último año ya nos hemos llevado hasta tres grandes sustos que evidencian las graves vulnerabilidades que sufre la red social.
Marzo: Cambridge Analytica incendia todo
El escándalo más grave que ha afectado a Facebook, y seguramente la puntilla para que comience su declive definitiva. En marzo de este año supimos que la red social había servido de plataforma perfecta para que Cambridge Analytica, quizá la empresa más cuestionable que hemos conocido en los últimos años, se hiciese con los datos de millones de usuarios y los utilizase con fines ideológicos.
El suceso no fue para poco: desde entonces, Zuckerberg no paró de dar explicaciones, en ocasiones incluso en sedes parlamentarias oficiales. Y el resumen quedó bastante claro: la red social no puede proteger los datos de sus usuarios como estos se merecen o, como mínimo, no pone el empeño suficiente para hacerlo.
Septiembre: hackeo a 50 millones de usuarios
Si el asunto de Cambridge Analytica ya nos hizo sospechar que Facebook no era precisamente el sitio más seguro del mundo, poco después recibió un nuevo atestado: en septiembre supimos que la red social había sufrido un ataque informático, y las consecuencias eran más que evidentes: los ciberdelincuentes habían accedido a las contraseñas de 50 millones de usuarios, enfadando –y mucho– tanto a los afectados como a los no afectados.
Pero la cosa ni siquiera acabó ahí. Zuckerberg reconoció que estaban también investigando qué había pasado con otros 40 millones de cuentas, con lo que, al final, la red social había comprometido la seguridad de cerca de 90 millones de usuarios.
Noviembre: las webs pueden acceder a tus datos
El enfado definitivo ha llegdo este mismo mes de noviembre. Acabamos de saber que la red social tenía un grave fallo de código que permitía a un sinfín de webs acceder a todos los datos de los usuarios que las navegaban por ellas.
El asunto es el siguiente. Facebook permite que muchas webs, insertando un código, permitan hacer comentarios en su plataforma usando el ‘login’ de la red social. El problema, como hemos podido saber, es que el código podía modificarse para obtener información de los usuarios que recurrían a esta forma de poner comentarios en webs ajenas, con lo que el alcance de esta vulnerabilidad puede ser mucho mayor.
Habrá que ver cómo resiste Facebook esta nueva crisis. O, visto lo visto, habrá que ver cuánto aguantan los usuarios las eternas inseguridades de la red social en cuanto a la protección de sus datos personales en una plataforma que cada vez les interesa menos.
Fuente: Tecnoxplora