7 de cada 10 europeos están en contra de quemar aceite de palma en sus coches, pero la mayoría no sabe que este biodiésel es el más popular en la Unión Europea. Comienza la campaña #NotInMyTank de 10 ONG para decir no más aceite de palma en nuestros motores.
Cuando hablamos de aceite de palma, lo primero que se piensa es en el sector alimentario, que en los últimos años se ha convertido en un blanco fácil en el debate medioambiental.
Sin embargo, pocas personas saben que la mayor parte de este aceite, al menos en Europa, no termina en aperitivos o galletas, sino en los depósitos de los coches diésel.
Desde la directiva europea para el fomento de los biocarburantes del año 2009, el aceite de palma se ha introducido rápidamente en el transporte, hasta el punto de convertirse hoy en la materia prima más extendida y económica para producir biodiesel. Según los últimos datos de la UE asignan a su combustible tres cuartas partes del mercado actual de biocarburantes.
Esta explosión del sector ha convertido a los automóviles y camiones en los principales consumidores europeos: el 51% del aceite de palma importado en Europa termina en vehículos, frente al 39% utilizado en el sector de la alimentación y los cosméticos.
Bruselas está intentando solucionar el problema, especialmente después de la publicación de algunos estudios que acusan a este biodiesel de ser más contaminante que los combustibles fósiles, pero el camino para prohibirlo no es sencillo. La Comisión Europea tiene hasta el 1 de febrero de 2019 para publicar un acto delegado que establece los criterios científicos para la eliminación progresiva del aceite de palma en los biocombustibles, y la presión de los países productores es alta.
Para instar al gobierno a que no baje la guardia sobre el problema, una coalición internacional de ONGs, ha lanzado la campaña #NotInMyTank en varios estados miembros.
La iniciativa implicará una serie de actos públicos y culminará en un “Día de Acción Europeo”, con manifestaciones en Roma, Madrid, Berlín, París y el Berlaymont de la Comisión Europea.
La coalición también editó una petición para los ciudadanos, anunciando varias “reuniones de monos” para convencer a los políticos de que tomen medidas para prevenir la extinción de muchas especies, incluyendo los orangutanes, causada por la deforestación.
Uno de los puntos principales de la campaña #NotInMyTank será difundir información sobre este problema. En una encuesta realizada a 4.500 europeos en nueve países, el 82% de los ciudadanos admitió que no sabía que el aceite de palma se añadía al gasoil. Casi el 70%, sin embargo, estaba a favor de poner fin al apoyo político y a los subsidios al aceite de palma en los biocombustibles.
Fuente: Ecoinventos