El proyecto combina una gama de tecnologías innovadoras que le permiten generar, almacenar y liberar energía solar en un sistema integrado.
Con sólo un año de uso, la Active Classroom es el primer aula de “energía positiva” en el Reino Unido. Es capaz de generar un 150% de la energía necesaria para su mantenimiento.
El proyecto fue diseñado por especialistas de un centro de innovación y conocimiento del Reino Unido, liderado por la Universidad de Swansea. El centro de investigación se centra en el desarrollo de tecnologías solares y técnicas de procesamiento que pueden dejar pasar del laboratorio a la práctica a gran escala.
“Con nuestro programa estamos probando el concepto de ‘edificios como estaciones de energía’ en edificios reales, que se utilizan todos los días. Los datos obtenidos de estos edificios se incorporan a nuestra investigación en tecnologías de energía solar y se utilizan para acelerar y orientar su desarrollo“, dice el profesor Dave Worsley, Director de investigación específico y Facultad de ingeniería de la Universidad de Swansea.
Tecnología.
El proyecto combina una amplia gama de tecnologías innovadoras que le permiten generar, almacenar y liberar energía solar en un sistema integrado. Entre las ideas se puede destacar el techo curvo con células solares integradas-mostrando las posibilidades de los paneles solares flexibles laminados; Un sistema térmico fotovoltaico en la pared orientada al sur-que es capaz de generar calor y electricidad en un solo sistema y baterías de iones de litio para almacenar la electricidad generada y un tanque de agua de 2000 litros para almacenar calor solar.
Con el éxito de este aula, ya se está desarrollando una “Oficina Activa”. Ambos estarán interconectados y podrán compartir energía entre sí y recargar vehículos eléctricos. Uno de los objetivos es demostrar cómo el concepto podría ser aplicado en una comunidad de energía solar.
La oficina activa está diseñada para ser fácil de montar, rápida de construir, tardando sólo una semana para terminarla. También utiliza sólo las tecnologías que están disponibles comercialmente ahora, lo que significa que no hay ninguna razón por la que no pueden ser utilizados en cualquier edificio nuevo.
“Las oficinas son enormes consumidores de energía, por lo que convertirlos en energía positiva tiene el potencial de reducir los gastos y sus emisiones contaminantes”, dice Kevin Bygate, Director de operaciones específicas. “Convertir nuestros edificios en plantas de energía es un concepto que funciona, como muestra el aula activa. Este nuevo edificio nos permitirá obtener datos y evidencias sobre cómo se puede aplicar a una oficina, ayudándonos a perfeccionar aún más el diseño”.
Según los investigadores, hoy el 40% de la energía británica es consumida por los edificios. Este proyecto es el camino para una nueva generación de oficinas con bajas emisiones de carbono que producen su propio suministro de energía renovable.
Fuente: Ecoinventos