La nueva planta para la conversión de residuos de celulosa y forestales en biocarburantes respetuosos con el medio ambiente entra en un contenedor, este es uno de los últimos avances de Europa en la producción de biocarburantes a partir de residuos forestales.
En el patio del Instituto Fraunhofer de Friburgo, en un contenedor, hay una planta capaz de transformar los residuos de madera en gasolina de alta calidad. Se trata de la aplicación práctica de BIOGO, un proyecto europeo que pretende crear un proceso totalmente integrado y completo para la producción de biocarburantes “respetuosos con el medio ambiente” a partir de residuos y nuevos nanocatalizadores.
La materia prima proviene directamente de los bosques, como explica el profesor Gunther Kolb del Fraunhofer IMM, coordinador del proyecto de la UE.
Los desechos de celulosa y las corteza de los árboles están disponibles en grandes cantidades en toda Europa, pero hasta ahora han sido ignorados como recurso. Esto los convierte en una materia prima ideal, ya que no necesitan ser cultivados específicamente y, por lo tanto, no competirán con la producción de alimentos.
La producción de biocombustibles a partir de residuos forestales se considera una opción tecnológica interesante porque es “neutra” desde el punto de vista de las emisiones y, a diferencia del petróleo, no necesita infraestructura de transporte desde la fuente hasta las refinerías y luego hasta las estaciones de servicio.
“Un componente importante del concepto BIOGO es la producción descentralizada”, dice Kolb. “Para lograr este objetivo, hemos desarrollado unidades de producción móviles que pueden alojarse en contenedores e instalarse donde se necesiten.”
En un espacio muy reducido (12 x 3 x 3 metros), la planta prototipo integra todos los pasos de procedimiento y procesado para la obtención de biocarburantes a partir de residuos forestales.
La primera fase, desarrollada por la empresa italiana Spike Renewables, prevé la transformación de los residuos de celulosa en un aceite de pirólisis oscuro y viscoso. Este puede ser procesado posteriormente en la “planta móvil” gracias a los micro-reactores inventados por Fraunhofer, pequeñas cámaras de reacción que lo convierten en gas de síntesis mediante la adición de calor, aire y vapor. El gas de síntesis se utiliza para producir metanol en una segunda fase. Y la extracción de oxígeno del alcohol produce gasolina sintética.
“El reto – añade el investigador alemán – era optimizar el proceso para obtener un combustible químicamente indistinguible de la gasolina estándar”, a la vez que se hacía el proceso de producción lo más respetuoso posible con el medio ambiente y más eficiente en el uso de los recursos.
En el proyecto BIOGO, los científicos de Teer Coatings desempeñaron un papel clave al inventar un método para aplicar pequeñas partículas de sustancias catalíticamente activas a las superficies. Esto produce nanocatalizadores de alto rendimiento que ahorran recursos. En los próximos años, los científicos se proponen mejorar la tecnología, con el objetivo de producir hasta 1.000 litros de combustible al día.
Fuente: El Economista