Allá por el año 2014, la ciudad de Las Vegas en EE.UU. fue calificada como una de las ciudades más contaminadas de su país. Desde aquel momento, la corporación municipal se puso a trabajar, adoptando medidas para revertir este problema. Hoy, el ayuntamiento y los servicios municipales se alimentan 100% con energía renovable. Seguramente la ciudad más grande del país que depende 100% de fuentes renovables.
Entre las medidas que se tomaron en la ciudad para poder cumplir con su ambicioso objetivo, podemos hablar de la construcción de la planta Boulder Solar 1, una granja solar de 100 megavatios situada a las afueras de la ciudad, el ambicioso plan de instalación de paneles solares en los edificios de la ciudad, además de un plan de eficiencia energética para edificios municipales, lo que ha reducido su consumo de electricidad en más de un 30 %. Se estima que el ahorro anual de energía de la ciudad es de 5 millones de dólares. Las Vegas es ahora la ciudad más grande de los EE.UU. que se alimenta 100% con energía renovable.
Pero ¿Cómo pasó Las Vegas de ser una de las ciudades más contaminadas de los Estados Unidos a ser un modelo responsable para otras ciudades?
Hablamos de algunos factores que han jugado un papel importante en esta transformación:
Green Building Resolution.
En 2006, Las Vegas introdujo la Green Building Resolution. Esta resolución obliga tanto a los edificios recién construidos como a los reformados a adaptarse al Código de Construcción Verde de los Estados Unidos y al Energy and Environmental Design (LEED). Esta resolución pretendía conseguir que todos los edificios nuevos que se construyeran en la ciudad cumplieran al menos el nivel de certificación Silver.
La ciudad de Las Vegas invirtió más de 70 millones de dólares en la Green Building Resolution. Insistieron en que la sostenibilidad se ha convertido en una de sus principales prioridades en el siglo XXI.
Preocupación por la escasez de agua.
El cambio climático está provocando que las fuentes de agua potable en todo el mundo se sequen. Esto está causando estragos en muchas comunidades ya que la escasez de agua potable alrededor de todo el mundo será inevitable si no podemos detener el cambio climático.
Las Vegas se fundó cerca de un manantial, razón por la cual se convirtió en la ciudad más grande de Nevada. Sin embargo, el rápido crecimiento de la población de la ciudad a lo largo de los años gracias a la creciente industria turística del juego, acabaron rápido con su limitado suministro de agua. La enorme huella que los casinos de las Vegas tienen, se podría minimizar si los juegos de casino online se extendieran de forma masiva, lo que también haría la ciudad de las Vegas más sostenible.
La comunidad está tratando de minimizar su huella de carbono para evitar acabar con sus pozos y que se desperdicie agua innecesaria. En lugar de desperdiciar el agua, están redistribuyéndola para satisfacer las necesidades energéticas de la ciudad. Esto incluye el aprovechamiento de la presa Hoover, uno de los destinos turísticos más espectaculares de la ciudad para la generación de energía renovable.
Energía solar y geotérmica.
By Michael Adams, CC BY-SA 3.0, Link
Según los datos del Departamento de Energía de los Estados Unidos, Nevada supera a California como líder en generación de energía solar y geotérmica. El terreno abierto y soleado de Nevada la convierte en el lugar perfecto para generar energía a partir de estas fuentes renovables.
El Gobernador Brian Sandoval va a contracorriente de su propio partido y afirma que las inversiones en energía verde han sido de gran ayuda para la economía de su estado. Sandoval afirma que los proyectos de energía verde en Nevada han generado más de 7.000 millones de dólares en inversiones.
“Hemos creado más de 4.600 empleos en todo el estado, con un salario promedio de más de 37 $ la hora”.
El caso de Nevada en general y de la ciudad de Las Vegas en particular, pueden servir de imagen para otras ciudades. Ahora están recogiendo los frutos de años de trabajo y políticas orientadas al consumo y generación responsable de energía.
Fuente: Ecoinventos