Funcionar al revés del mecanismo básico de la tecnología solar, y generar electricidad mientras se irradia calor por la noche. Es decir, aprovechar el enfriamiento del planeta para crear energía. En el futuro puede haber paneles solares que lo logren y, en ellos, están trabajando diversos ingenieros australianos.
La teoría se ha publicado en ACS Publications, y su resumen se recoge en science alert. Lo que han hecho estos científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur es usar la tecnología que habitualmente se emplea en las gafas de visión nocturna para generar energía.
Hasta ahora, advierten en el artículo antedicho, el prototipo solo es capaz de generar una muy pequeña cantidad de energía, por tanto, es poco probable que se convierta en una fuente competitiva de energía por sí misma, pero sí podría hacerlo correctamente acompañada de la tecnología fotovoltaica existente.
Una vuelta de tuerca a la energía fotovoltaica
Una de las autoras de este trabajo, la física Phoebe Pierce, ha señalado que «la energía fotovoltaica, la conversión directa de la luz solar en electricidad, es un proceso artificial que los humanos han desarrollado para convertir energía solar en electricidad».
«Lo que hacemos ahora, en este proceso termorradaitivo, es similar: desviamos energía que fluye en el infrarrojo desde la Tierra cálida al Universo frío», ha informado
Cuando se colocan átomos en cualquier material que se mueve con calor, explican, estás forzando a sus electrones a generar ondas de radiación electromagnética de baja energía en forma de luz infrarroja.
Por escaso que sea este movimiento de electrones, subrayan, tiene el potencial de iniciar una corriente lenta de electricidad. Para ello, detallan, solo se necesita una señal de tráfico de electrones unidireccional llamada diodo.
En este caso, el diodo está hecho de telururo de mercurio y cadmio (MCT) y ya ha sido utilizado en dispositivos que detectan luz infrarroja. La capacidad de MCT para absorber luz infrarroja de rango medio y largo y convertirla en corriente es bien conocida, subrayan.
«Se puede convertir en una fuente de energía real»
El principal problema en los albores de este proyecto, como ya se comentó con anterioridad, es que la generación de energía es mínima: calentando a alrededor de 20 grados, uno de los MCT generó únicamente 2,26 milivatios por metro cuadrado. Electricidad insuficiente para hervir una jarra de agua para el café.
Aun así, sus creadores se muestran seguros de que puede llegar a usarse de manera eficiente como una fuente de energía real. «El desafío ha sido detectarlo», afirma el investigador principal, Ned Ekins-Daukes.
Para él, es probable que esta tecnología acabe generando una décima parte de la electricidad que genera un panel solar convencional.
Ekins-Daukes, por añadidura, deja claro que la idea de utilizar el enfriamiento del planeta como fuente de radiación de baja energía es algo en lo que los ingenieros llevan mucho tiempo trabajando.
Pero es ahora cuando se ha dado un paso más, lo que lleva al investigador a asegurar que, en el futuro, «esta tecnología podría recolectar esta energía y eliminar la necesidad de baterías en ciertos dispositivos, o ayudar a recargarlos».
Fuente: businessinsider.es