Las baterías comunitarias pueden permitir a las viviendas con instalaciones de autoconsumo solar compartir el exceso de electricidad generada.
Hasta ahora, las grandes baterías se usan para mantener la red eléctrica, tienen diferentes formas y tamaños. Se usan para apoyar la generación de electricidad, como la gran batería de Elon Musk en Hornsdale, en el sur de Australia, que se usa como apoyo.
Hay baterías de tamaño medio que se usan en zonas rurales para aislar las redes y proporcionar un suministro de energía de reserva en caso de que se vaya la luz.
Las energías renovables y las baterías ofrecen de esta forma, la misma seguridad energética que otras fuentes de energía convencionales.
¿Qué es una «batería comunitaria»?
Las pequeñas baterías comunitarias pueden estar repartidas por las ciudades y ser compartidas por los hogares de un barrio o una calle concreta.
La idea básica de estas baterías comunitarias es permitir que los hogares que generan su propia energía solar reúnan su exceso de electricidad en un almacenamiento compartido para su uso posterior.
Una batería comunitaria es una buena forma de reducir los costes al trasladar el coste y los riesgos de la instalación, el mantenimiento y la sustitución a una empresa privada o al ayuntamiento para que se encarguen de ello.
Para las empresas que gestionan la red eléctrica, estas baterías son extremadamente útiles. Desde el punto de vista de la red, ayudan a solucionar los problemas relacionados con los picos de demanda, es más barato y eficaz colocar una batería que escalar las instalaciones. Esto también ayuda a resolver los problemas de tensión y capacidad creados por las concentraciones de energía solar en los tejados.
¿Cómo funciona?
En principio, estas baterías funcionan como Dropbox, pero para la electricidad.
Los tamaños van de 100kW a 1MW y pueden ser del tamaño de un frigorífico o de un contenedor de transporte.
A cada hogar se le ofrece una determinada cantidad de almacenamiento, de modo que, a medida que se genera energía durante el día, se almacena una parte del exceso de energía. En los momentos de máxima demanda, esta energía puede usarse para abastecer a los hogares por la noche o apoyar a la red.
Hay propuestas para usar las baterías de los vehículos eléctricos de forma similar, pero la ventaja de una batería comunitaria es que tanto los usuarios como los que gestionan la red saben exactamente dónde estará en cada momento.
Los expertos afirman que las baterías comunitarias desplegadas a gran escala supondrían un ahorro de costes para los consumidores.
Fuente:
Ecoinventos