Desde hoy se lleva adelante el Congreso Internacional “Aprender para el futuro en la era de la inteligencia artificial” en el Centro de Convenciones de Buenos Aires. Especialistas de distintos países discuten cómo la IA, ya inmersa en nuestras vida, entra al aula, cómo se forman chicos para una realidad atravesada por los algoritmos.
Argentina oficia de anfitrión después de que la UNESCO, en una publicación, destacara su política en alfabetización digital, en especial la inclusión del término “inteligencia artificial” en la nueva currícula que será obligatoria para todas las provincias a partir de septiembre del año que viene.
“El currículum que aprobamos en el Consejo Federal es casi único en el mundo porque menciona explícitamente la inteligencia artificial. Sabemos de las limitaciones de infraestructura que tenemos. No pretendemos ser un país de primer mundo, sino conseguir el máximo desarrollo estratégico de capital humano con los recursos que tenemos. Son procesos que llevan años”, dijo Florencia Ripani, directora nacional de innovación y calidad educativa.
El congreso, según indicó la funcionaria, tiene como objetivo “acompañar la integración curricular”. “Argentina tiene un desafío muy grande. No se trata solo de capacitar para el mundo del trabajo, sino de formar ciudadanos preparados para todos los ámbitos sociales. Para identificar fake news, para entender cómo funcionan los algoritmos, para crear códigos de programación”, planteó en una mesa en la que estuvo Infobae.
Uno de los invitados fue Valtencir Mendes, responsable de proyectos en aprendizaje móvil e inteligencia artificial en Educación en UNESCO. Mendes habló de una “profunda de crisis de aprendizaje” haya o no tecnología y citó una estadística alarmante: de acuerdo a un estudio de la OCDE, la máquina ya supera, en casi todos los casos, a los adultos en lectura y cálculos matemáticos.
La UNESCO vino a refrendar el documento que se logró en la última convención de Pekín; una serie de recomendaciones para que los países integren la IA en la política educativa. “Hacía falta un foco humanista, vinculado a los derechos humanos. Orientar esa revolución tecnológica hacia los beneficios de desarrollo y equidad. Una de las promesas educativas es la personalización del aprendizaje, que haya una adaptación de las trayectorias de los estudiantes”, advirtió Mendes.
Algunos especialistas lo ilustran llamándole “modelo Netflix”. Se trata de que la propia tecnología detecte el ritmo de aprendizaje y moldee una experiencia a la carta, que se adapte a las necesidades del chico. Ese será uno de los puntos que integrará el documento que surgirá tras los dos días de discusión.
Junto a Ripani y Mendes, estuvieron tres expertos de países de avanzada en términos de educación digital -Finlandia, Suecia e Inglaterra-, que contaron sus experiencias.
Finlandia
Leo Pahkin, Consejero en la Agencia Nacional de Educación, prefirió retrotraerse a los ’70 para explicar la integración digital. En ese entonces, se tomó la decisión de que todos los maestros debían tener título universitario para ejercer. 25 años después, siguió, se optó por otorgar una “enorme cantidad de autonomía” a las escuelas, incluso en el diseño de su propio currículum. Al principio fue un shock, y fue motivo de recibir el mote de la “educación más liberal del mundo”, pero con el tiempo los directores y profesores se apropiaron de ello.
Por la posible crisis de empleo, hoy el sistema educativo finlandés tiene al emprendedorismo como una de sus siete competencias fundamentales a desarrollar. La currícula no menciona la IA, pero sí atraviesa la realidad escolar. “Hacemos énfasis en la comprensión de los procesos de enseñanza y probamos juegos. Por ejemplo, para los más chicos, uno de ellos consiste en aprender frases o letras. La aplicación arroja el tiempo promedio que tarda cada uno en resolver los ejercicios y a partir de ahí recomienda pasos a seguir”, señaló.
Finlandia apuesta por una integración transversal de lo digital, que no dependa de una sola materia, sino que todas estén alineadas. Por eso, en matemática también se ven desarrollos de ese tipo. Hay empresas que ya diseñan tests que se autocorrigen, que permiten al docente conocer el nivel de aprendizaje de cada uno. “Eso no pone en riesgo la labor del maestro. Al contrario, porque después hay que regresar al mundo real”, agregó.
Suecia
Peter Karlberg, director de Educación en la Agencia Nacional, dijo que Suecia optó por un camino similar al de Finlandia, de brindar autonomía y volver universitaria la profesión docente, pero que el efecto fue el opuesto. “Muy pocos estudiantes desean ser maestros. Por ejemplo, en química hace unos años tuvimos un solo aspirante en todo el país”, recordó.
Pese a las dificultades para atraer jóvenes, la alfabetización digital avanza a paso firme. En Suecia son los municipios los que financian mayoritariamente las escuelas. Cada tres años hacen una revisión del estado de la infraestructura escolar necesaria para enseñar las TICs. En 2012 lograron que todas las escuelas estuvieran conectadas a internet. Para 2022, la apuesta es que se tomen exámenes de forma digital, todos los estudiantes del país en forma simultánea, “que presionen un botón al mismo tiempo”.
“Nuestro problema no es la infraestructura, sino las competencias. Existen grandes diferencias entre escuelas e incluso entre aulas. La IA no está específicamente mencionada, pero es una herramienta que tienen que desarrollar todos los estudiantes. Tiene una doble cara: por un lado, entender problemas y posibilidades que trae; y, por otro, que sea un facilitador de aprendizajes, que sirva para medir el progreso y colabore con el docente”, explicó Karlberg.
Inglaterra
Miles Berry, profesor en la Universidad de Roehampton, fue uno de los colaboradores del currículum que implementa hace cinco años Inglaterra y que hace foco en la informática. La alfabetización comienza a los 5 años. Se enseña con elementos sencillos, como los asistentes inteligentes de los celulares, se busca que entiendan cómo funcionan.
A medida que avanza la edad también incrementa la complejidad. Entre los 11 y los 14 años aprenden el lenguaje de las computadoras, el procesamiento de imágenes y, sobre todo, el discernimiento: entender qué comportamiento es apropiado en la red y qué no. En otras palabras, que comprendan la ética en torno al uso de la IA.
El currículum se basa en tres principios de los docentes: habilidades pedagógicas, competencias digitales y conocimiento de computación. Con los primeros dos, dice Berry, no hubo problema. Se dio por sentado que los tenían. “Lo que no se asumió es que tuvieran conocimiento sobre TICS ya que, en su mayoría, pertenecen a otra generación. La forma más idónea de hacer la integración fue contextualizar en cada materia. Un maestro de primaria no tiene que ser un experto en informática. Debe tener el manejo suficiente para aplicarlo dentro de su materia”, planteó.
Fuente:
Maximiliano Fernandez, M. F. (2019, 26 agosto). Aprender en la era de la inteligencia artificial: los casos de tres países exitosos. Recuperado 28 agosto, 2019, de https://www.infobae.com/educacion/2019/08/26/aprender-en-la-era-de-la-inteligencia-artificial-los-casos-de-tres-paises-exitosos/