Siri, el asistente de voz de Apple, o las recomendaciones de películas y series de Netflix, adaptadas a cada usuario, son dos buenos ejemplos de cómo la Inteligencia Artificial (IA) está ya presente en nuestro día a día. Dos ejemplos cotidianos de cómo esta tecnología nos puede hacer la vida más fácil y que son sólo la punta del iceberg de cómo la IA va a transformar por completo la forma en la que se trabaja en todas las áreas de un negocio. Así lo afirma Emilio Iturmendi, director de pymes de Microsoft: “La IA está transformando la forma en la que las empresas se relacionan con sus clientes, gestionan el talento de sus empleados, optimizan sus operaciones y desarrollan nuevos productos y servicios digitales. De hecho, existen numerosos estudios que demuestran que las empresas que están apostando más decididamente por la IA están liderando su sector de actividad y aprovechando una ventana de oportunidad por delante de sus competidores. Estamos convencidos de que cada empresa, cada proceso, cada producto y la forma de trabajar de cada empleado serán redefinidos en los próximos años mediante el uso de la Inteligencia Artificial”.
Pero, ¿de qué hablamos exactamente cuando hablamos de Inteligencia Artificial? ¿Qué utilidad tiene en los negocios? Y, sobre todo, ¿tiene sentido aplicar IA a pequeñas o medianas empresas?
DE ESTO HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE IA
“La IA es una mezcla de analítica avanzada y automatización que permite sustituir o complementar decisiones humanas anticipando el futuro y utilizando una serie de algoritmos. En algunos casos, si son redes neuronales, intentan asemejarse al procesamiento de información que hace el cerebro humano, pero en otros casos no necesariamente es así. Es capaz de tomar decisiones con un alto grado de acierto. Con porcentajes de éxito del 96% cuando un ser humano acierta en un 60%”, explica Enrique Serrano Montes, CEO de Tinámica.
Inteligencia que puede sustituir y mejorar las decisiones de las personas. “La IA es cualquier programa que consiga que un ordenador haga una cosa que antes la hacía un humano. Y se puede aplicar a cualquier proceso o departamento en cualquier empresa. Puedes decir, vamos a aplicar IA al área de Recursos Humanos, vamos a aplicar IA al área comercial… a cualquier área. Y dentro de que puedes aplicarla a cualquier área, en Recursos Humanos puedes utilizarla para los procesos de selección de los candidatos, para formación… Sus posibilidades son prácticamente infinitas”, apunta Macarena Estévez, socia de Consultoría de Deloitte.
INTELIGENCIA PARA PYMES
Aunque son las grandes empresas las que más están apostando por esta tecnología, en unos años estará presente en empresas de todos los tamaños. De hecho, la utilizan ya pequeños negocios como comercios o restaurantes. Un asistente de voz que atienda a los clientes es IA. Como también lo son los softwares que ayudan a conocer mejor a los clientes para ofrecerles ofertas personalizadas.
Para Macarena Estévez, aplicar la IA tiene sentido también “donde tienes datos que puedes tener disponibles en tiempo real, lo que significa velocidad en la toma de decisiones, a un nivel que un ser humano no llega”.
CÓMO LA ADAPTO A MI NEGOCIO
También conviene recordar que “la IA tiene diferentes niveles. Tienes IA muy sencilla, que programa una máquina para que te haga una cosa y siempre te haga la misma cosa. Recibes unos datos, haces unos cálculos y me das el resultado. Y luego tienes IA muy compleja y es hacia donde va el mundo, que es una inteligencia que realmente se parezca a la inteligencia humana y no haga falta mucha programación, sino que la propia máquina sea capaz de ir aprendiendo por sí misma”, apunta Macarena Estévez.
A la hora de adoptarla, “yo recomendaría a la empresa que se fije un objetivo de negocio. ¿Qué quieres conseguir? Sacar más rentabilidad a los clientes, más satisfacción, más ventas, reducir el stock, reducir costes… Hay que empezar con un objetivo y a partir de ahí analizar cuál es la tecnología más apropiada. Sin olvidar que todo esto requiere de datos, la empresa debe disponer de datos obtenidos de forma automatizada. Porque al final, todos estos algoritmos aprenden en base a datos y esos datos tienen que estar almacenados en algún sitio y ser accesibles”, advierte Enrique Serrano.
En el mercado vas a encontrar herramientas que exigen una pequeña adaptación y otras mucho más complejas. Google, por ejemplo, “cuenta con tecnologías propias y con alianzas con terceros que tocan muchas áreas relacionadas con el Machine Learning y la Inteligencia Artificial. Desde reconocimiento de imágenes (Google Cloud Vision API), un motor para construir agentes virtuales o chat bots (DialogFlow) o motores de recomendación que permiten usar esta tecnología de forma rápida. Adicionalmente, el modelo de negocio de Google Cloud, que se basa en un pago por uso, hace que la barrera de acceso a cualquiera de estas tecnologías sea muy baja, democratizando el uso de la IA, ya sea para grandes empresas, que tienen muchos recursos económicos y humanos, y las pymes, que están mucho más limitadas, pero quieren seguir siendo competitivas”, explica Javier Martínez, responsable del equipo de preventa de Google Cloud en España y Portugal.
También Microsoft dispone de herramientas adaptadas a las pymes, como Microsoft Dynamics 365, que analiza grandes volúmenes de datos para predecir picos de demanda y nuevas tendencias para aportar un mayor conocimiento a los negocios o los servicios cognitivos de Microsoft Azure, que ponen a disposición de cualquier empresa los recursos necesarios para poder crear sus propios chatbots con los que desplegar nuevos servicios e interactuar con sus empleados o clientes de un modo mucho más ágil y efectivo”, asegura Emilio Iturmendi.
Hablamos de herramientas que se pueden contratar como SaaS, “con un coste mensual de 25 euros al mes si se trata de automatizar las reservas de un restaurante por chat que pueden requerir una adaptación al propio negocio con un coste de entre 4.000 y 8.000 euros, el desarrollo, más un coste mensual de licencia por operario”, apunta Iñaki Alcaraz, CEO de AGLV.
Fuente: Emprededores