La tradición de hacer trampa en los exámenes podría estar a punto de llegar a su fin. La Universidad de Copenhague, en Dinamarca, ha desarrollado un software de inteligencia artificial que detecta quién ha copiado en los examenes, con una probabilidad de acierto del 90%.
Según una encuesta llevada a cabo entre 70.000 alumnos de instituto en Estados Unidos el año pasado, el 95% de los alumnos reconocía haber hecho trampas en los exámenes de una forma u otra. El 58% confesaba haber copiado alguna vez.
Cuando un alumno copia a otro durante el examen, o incluso envía a otra persona en su lugar para hacer la prueba, a veces el profesor detecta algo raro (dos textos que se parecen mucho, un estilo de escritura muy diferente), y acaba pillando al tramposo. Pero en clases con docenas de alumnos o si un profesor lleva a varias clases, este trabajo de detective es muy complicado. Por eso la Universidad de Copenhague ha diseñado Ghostwriter, una inteligencia artificial que descubre a los alumnos que copian en los exámenes.
Ghostwriter ha sido entrenada durante años analizando los textos de 130.000 exámenes de alumnos daneses.
Es capaz de detectar cuándo un alumno copia a otro durante el propio examen, o cuándo otra persona ha escrito el examen, ya sea porque ha suplantado al alumno que debería hacer la prueba, o porque el alumno ha conseguido las respuestas antes del propio examen.
Ghostwriter utiliza un red neural que analiza patrones de un texto: errores ortográficos y gramaticales, longitud y estructuras de las frases, uso de coletillas, palabras favoritas, o frases hechas, y las compara con los exámenes, trabajos o textos remitidos por los alumnos. Así puede saber si un alumno ha copiado a otro, o si un texto que ha presentado es suyo o no, porque tiene un estilo diferente.
La Universidad de Copenhague asegura que Ghostwriter, la inteligencia artificial que detecta las trampas en los exámenes, detecta a los tramposos con un porcentaje de acierto del 90%. Aún así reconoce que este software no debe usarse para acusar, sino como indicio de trampa para que los profesores investiguen si es cierto o no.
Además de convertirse en la pesadilla de los estudiantes, Ghostwriter ya se está probando en otras actividades similares, como detectar documentos falsos, o descubrir si los tuit o mensajes de las redes sociales han sido escritos por un bot, o una persona real.
Fuente: Computer hoy