La Organización Internacional del Trabajo señaló que no cabe dudas que la inteligencia artificial desempeñará un papel importante en el futuro del mundo laboral; muestra de ello son los vehículos sin conductor, la negociación algorítmica de los mercados de valores y los diagnósticos médicos asistidos por computadora.
Mencionó que los rápidos progresos tienen el potencial de crear nuevas oportunidades, aumentar los niveles de productividad y generar mayores ganancias, pero también existe el temor de que puedan causar la pérdida de empleos y el incremento de desigualdades, con unos pocos afortunados apropiándose de los beneficios, mientras otros son dejados atrás.
Comentó que de acuerdo a investigaciones de especialistas, las tecnologías digitales basadas en la inteligencia artificial pueden permitir que segmentos más amplios del mercado laboral mejoren su productividad y tengan acceso a empleos mejor remunerados, lo cual, a su vez, puede contribuir a promover el crecimiento inclusivo.
Vale la pena recordar, agregó, que históricamente la productividad y los niveles de vida han aumentado gracias a la especialización y a que las máquinas realizan las tareas más tediosas, arduas y rutinarias.
Ejemplo de ello son los agricultores modernos que disponen de maquinaría sofisticada y sin duda disfrutan de mejores condiciones y son más productivos de lo que serían si utilizaran herramientas manuales para arar sus tierras, externó.
La gran reducción en costes de capital propiciada por las aplicaciones de inteligencia artificial, junto al hecho de que la dirección del cambio tecnológico es, al menos en parte, orientada por la oferta relativa de trabajadores poco cualificados en comparación con los muy calificados, significa que los países en desarrollo podrían beneficiarse de este progreso.
En muchos casos, los usuarios de esta tecnología no necesitan saber mucho sobre la manera en que funciona este proceso, ni introducir datos sofisticados en los dispositivos que utilizan.
Más bien, indicó, su uso cotidiano permitirá que las herramientas basadas en inteligencia artificial otorguen asesoramiento en cuanto a las mejores prácticas globales combinadas con las circunstancias locales.
Ello permite bajas barreras para la difusión de estas nuevas tecnologías y que la formación y la educación se concentren en las competencias esenciales de lectura, escritura y numéricas, lo que significa que aún los países que carecen de recursos para producir aplicaciones de inteligencia artificial, pueden hacer un amplio uso de éstas y así genera grandes beneficios al potencial de crecimiento.
Sin embargo, continuó, si las oportunidades han de superar los riesgos, las políticas deben ser ajustadas, a nivel nacional e internacional, ya que con la rápida evolución de las tecnologías, es necesario que la educación y la formación vayan mucho más allá de los años escolares, de manera que los trabajadores puedan capacitarse o reciclarse profesionalmente cuando sea necesario a lo largo de sus carreras.
La OIT destacó que el aprendizaje permanente debe convertirse en una realidad para que el mundo del trabajo pueda beneficiarse de estas nuevas tecnologías, ahora y en el futuro.
De manera que las políticas en materia de competencias profesionales son indispensables, más no suficientes, aseveró.
La organización expuso que se necesita garantizar la difusión de las nuevas tecnologías en todo el mundo y permitir el acceso a los datos. Los responsables de la toma de decisiones y los interlocutores sociales deben además garantizar que ciertas empresas no logren dominar el mercado y así excluyan a otras.
Consideró que el aumento observado en la concentración del mercado entre las empresas digitales es motivo de preocupación y deben tomarse medidas decisivas, tales como la formulación de políticas fiscales que establezcan condiciones de igualdad entre las empresas, impulsar la cooperación internacional y garantizar el diálogo social, a fin de permitir que las nuevas tecnologías y sus beneficios sean compartidos con mayor eficacia.
Fuente: Net Noticias