Bertrand Russell, uno de los pensadores esenciales para entender el siglo XX, filósofo, matemático y activista social, defendió siempre que “las matemáticas, correctamente vistas, poseen no solo verdad, sino belleza suprema” y así lo expresaba en su obra Misticismo y lógica:“una belleza fría y austera, como la de la escultura, sin apelar a ninguna parte de nuestra naturaleza más débil, sin los maravillosos adornos de la pintura o la música, pero sublimemente pura y capaz de una perfección tal como solo el mejor arte puede mostrar. El verdadero espíritu de deleite, la exaltación, la sensación de ser más que humano, que es la piedra de toque de la más alta excelencia, se encuentra en las matemáticas tan seguramente como en la poesía”.
Los datos, que en estos tiempos parecen haberse convertido en la piedra filosofal de todo (imprescindibles tanto para regular el tráfico de las ciudades inteligentes como para optimizar una aplicación de fitness), son también, en bruto, matemáticas. Es decir, susceptibles según Russell de ser convertidos en algo bello. Giorgina Lupi ve esta belleza en los datos. Desafía su aparente frialdad construyendo narrativas en las que vuelve a concetar los números con lo que representan: historias, ideas, personas… “Siempre he mirado a los números, he pintado el tiempo con los números, y después he encontrado caminos para representarlos de forma personalizada” asegura la artista italiana.
El trabajo de Lupi trata de conjugar dicotomías aparentemente opuestas: la frialdad de los datos con la calidez de las historias personales, el análisis matemático con la intuición o la grisacea apariencia de los números con la paleta multicolor del dibujo. Sus obras han sido expuestas en numerosas galerías y museos, y alguno de sus trabajos forma parte de la exposición permanente del MOMA de Nueva York. Es una artista contemporánea que sintetiza como pocos el mundo digital con el analógico; John Maeda, uno de los grandes referentes de la cultura digital y fundador del Grupo de Computación y Estética del MediaLab del MIT, la describe como “una ilustradora que piensa como una computadora, que trabaja con precisión mecánica, pero con el corazón de un ser humano” y asegura que su trabajo es “una maravillosa síntesis, una mezcla precisa”. La mejor representación de la forma de entender las ideas de Giorgia Lupi es su libro Dear Data, creado junto a la también ilustradora Stefanie Posavec, en el que con tarjetas postales -sí, como si fuera una obra epistolar del siglo XIX- ambas comparten datos de su día a día. Lupi lo define como “un medio para abstraer nuestra realidad y transmitir las historias que queremos contar”. Pero es también, y aquí radica la esencia de lo que busca, un objeto hermoso que sobrevuela los números para hablarnos de la vida cotidiana de dos mujeres. Y en toda vida hay algo bello que contar.
Fuente: elfuturoesapasionante
Giorgia Lupi
Diseñadora y artista visual