La adopción de Inteligencia Artificial en diferentes sectores puede brindar buenos réditos no solo económicos, sino ambientales. Por ejemplo, puede ayudar a incrementar el Producto Interno Bruto global hasta en un 4,4 por ciento, a la vez que permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en hasta un 4 por ciento, lo que se traduce en una mitigación de los efectos generados por el cambio climático.
Así lo asegura, Lucas Joppa, director de Medio Ambiente de Microsoft, quien considera que empezar a implementar tecnologías como el cloud computing puede tener un impacto importante para las organizaciones, tanto en sus negocios como en la reducción de su huella ambiental. Afirma que migrar a la nube puede generar una reducción inmediata del 98% en emisiones de carbono.
Esta multinacional anunció recientemente la creación del programa “AI para la Tierra”, una iniciativa que cuenta con recursos por US$50 millones a cinco años, a través de la cual ofrece subvenciones a organizaciones que utilizan la IA para resolver los desafíos ambientales más apremiantes.
Esto es lo que opina el directivo sobre tecnología y medio ambiente.
Semana Sostenible: ¿Cómo es hoy la relación de la inteligencia artificial con el medio ambiente y cómo podría ser en el futuro?
Lucas Joppa: Actualmente la relación entre inteligencia artificial (AI) y medio ambiente es pequeña, pero creciente. Como parte de esto, Microsoft, desde 2017, anunció una inversión de US$50 millones para ser invertidos durante 5 años en su programa AI for Earth. Esta iniciativa despliega recursos para impactar en cuatro áreas principales: agricultura, agua, biodiversidad y cambio climático. Hoy cuenta con proyectos en 50 países que usan estos recursos. Recientemente publicamos un estudio junto a PWC, el cual indica que una mayor adopción de IA, a través de unos cuantos sectores, tiene el potencial de incrementar el PIB global hasta en un 4,4% y a la vez que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 4%. Esto es equivalente a reducir a cero las emisiones anuales de Australia, Canadá y Japón, juntas para el año 2030.
SS: ¿Están las empresas haciendo un buen uso de la AI en beneficio del medio ambiente o de modelos de desarrollo sostenibles?
LJ: En nuestro caso con el programa AI for Earth, hay un compromiso para desplegar tecnología y soportar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Estamos impulsando a nuestros clientes y socios con nueva tecnología para ayudarles a dirigir eficazmente, transformar sus negocios y fabricar sus propias soluciones para crear un planeta más sustentable. Como decía previamente, aún no estamos donde deberíamos, pero la investigación y una adecuada inversión nos permitirán impactar cada vez mejor.
Emisiones de carbono
LJ: Empezar a implementar tecnologías como el cloud computing puede tener un impacto sobre los resultados ambientales de las compañías. Por ejemplo, migrar a la nube puede generar una reducción inmediata del 98% en emisiones de carbono. Esta es solo una de las opciones. Por otro lado, la AI puede administrar el uso de recursos de manera estratégica y eficiente en cada uno de los procesos de la organización. Esto no solo tiene un impacto en fenómenos como el cambio climático, sino en los resultados económicos de la compañía, generando un sistema de trabajo sostenible. Y, finalmente, diría que las compañías deben buscar proactivamente oportunidades y tendencias en el mercado para identificar cómo pueden generar un mejor desempeño.
SS: ¿Cuáles son las mayores dificultades que enfrenta el mundo para que la tecnología realmente sea vista como un aliado del medio ambiente?
LJ: El mayor reto o dificultad que enfrentan las compañías es la falta de conciencia o conocimiento de la importancia de mejorar sus procesos y de cómo la tecnología puede ser aliada en la búsqueda y gestión de soluciones adaptadas a sus realidades. Adicional a esto, para que pueda funcionar, se necesita un deseo de hacer mejor las cosas, de tomar decisiones que, si bien no son sencillas, impactan positivamente a todos los actores involucrados. Algunas de estas decisiones se plasman en la contribución voluntaria de Microsoft a su programa ambiental y el aumento de la tarifa para reducir las emisiones de carbono.
SS: Una de las preocupaciones es que los equipos tecnológicos una vez terminan su vida útil, no necesariamente tiene una buena disposición. ¿Han determinado qué tanto impacta esto al medio ambiente y cómo se puede mitigar?
LJ: El incremento en la producción de equipos electrónicos es, sin duda, una de las más grandes preocupaciones para el medio ambiente, tanto en etapa de fabricación como de distribución. Microsoft creó la iniciativa Cloud Circular Server con la cual, a través de datos, internet de las cosas (IoT), blockchain e inteligencia artificial (IA) se monitorea el desempeño y optimiza la reutilización, reventa y reciclaje de recursos de centros de datos, incluidos los servidores. Este proyecto apenas comienza y espero pronto poder comunicar hitos y demás resultados con respecto a la iniciativa.
SS. El estudio realizado con PWC indica que la aplicación de AI en cuatro a sectores (agricultura, agua, energía y transporte), podría aportar hasta US$4 billones a la economía global en 2030. ¿Cómo se materializarían esos aportes?
LJ: Se necesita principalmente de eficiencia, es decir sostenibilidad. Son justamente herramientas como la AI y el Machine Learning las que tienen el potencial de hacer todo el proceso más eficiente al identificar qué aplicación, herramienta o proceso se debería seguir. Para cada industria y compañía es un proceso particular. Un gran ejemplo es la agricultura, una industria cuyos procesos actuales hacen uso exagerado e innecesario de pesticidas, fertilizantes, herbicidas, entre otros materiales que afectan el ambiente. Se debe identificar un método particular para lograr su crecimiento, impulsar la generación de alimentos, promover sus resultados económicos y conseguir menor impacto ambiental.
SS: ¿Qué papel juegan los gobiernos en el fortalecimiento de esta relación?
LJ: El rol del gobierno es crítico de dos formas. El primero es nuestra propuesta de hacer que los gobiernos dispongan regulaciones que incentiven la implementación de mejores prácticas en las compañías. No obstante, más allá de las regulaciones, deben jugar otros roles importantes. Uno de ellos es la recolección de información especialmente en cuanto a temas ambientales. Los datos son una parte crítica de nuestro trabajo y una transición global hacia un futuro bajo en carbono. Los datos pueden ayudar a decirnos sobre la salud de nuestro planeta, incluidas las condiciones del aire, agua, tierra y el bienestar de la vida salvaje. Pero necesitamos la ayuda de la tecnología para capturar esta vasta cantidad de datos y convertirla en inteligencia accionable.
¿Cuál puede ser el aporte de la academia en este proceso?
LJ: Considero que el aporte del sector educativo a este proceso es sumamente importante, ya que de este sector es de donde viene tanto la innovación y las investigaciones, como el entendimiento de cómo funcionan los sistemas medioambientales y los procesos de Machine Learning. Creo que la academia tiene un potencial de crecimiento e impacto significativo justamente en un modelo de trabajo interdisciplinario entre las ciencias de la computación y las ciencias ambientales. Como ejemplo está la reciente fundación de centros de investigación basados en temas de AI y medio ambiente en el Reino Unido. Pero, como se sabe, el camino aún es largo ya que no todas las universidades están trabajando en esto.
Fuente: Sostenibilidad