El ‘big data’ está transformando la educación y la forma de acceder al mercado laboral: certificaciones como Linkedin o lo que digan de ti tus compañeros pesan más que el CV.
uchas empresas están dejando de confiar en los currículoscomo elemento a partir del cual considerar o descartar a candidatos. Es normal: la trepidante velocidad a la que cambian las cosas dejan obsoletas muchas titulaciones. El sistema educativo tiene que adaptarse a esta nueva realidad, así como a las nuevas necesidades de los estudiantes. El reto es grande, pero abordable. Los datos nos pueden ayudar a configurar contenidos, renovar metodologías y oxigenar la certificación.
Fernando de la Rosa, protagonista de esta entrega de la serie #DataFutures, sostiene que la escuela tradicional encuentra grandes dificultades a la hora de detectar las necesidades y motivaciones específicas de sus alumnos, algo esencial para poder brindarles una solución a medida. Más bien al contrario, los centros educativos “venden productos empaquetados”.
- Datos, contenidos y el sistema de aprendizaje
Para de la Rosa, los microcontenidos de Twitter o las charlas TEDx con cápsulas de contenido de calidad de entre 12 a 18 minutos definen un nuevo paradigma de aprendizaje. A través del análisis del comportamiento de sus usuarios, desde sus intereses hasta el uso que hacen de su smartphone, las escuelas podrían rediseñar sus contenidos para que fueran más personalizados. Eso serviría para adaptar el programa a las inquietudes, capacidades y motivación de cada alumno.
- Nuevas formas de certificación
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¿Cómo puede un diploma dar fe de tus aprendizajes y habilidades reales? La masificación de la oferta educativa reduce el valor del certificado tradicional como herramienta seleccionadora de talento y habilidades. Los datos dan lugar a nuevas formas de certificación. Por ejemplo, que tus pares recononozcan tus habilidades, den fe de que trabajaste con ellos y hasta comenten acerca de tu desempeño, como sucede en Linkedin. Cada vez más empresas buscan a sus candidatos en esta red social y comienzan a valorar lo que el entorno dice acerca de las habilidades y experiencias de un potencial empleado por encima de lo que indica un título universitario.
- El smartphone: tu coach educativo personal
Los dispositivos recogen datos que permiten inferir niveles de productividad, desplazamientos realizados o descansos. Sin embargo, para que un dispositivo inteligente pueda convertirse en un coach educativo personal es necesario que el usuario invierta tiempo en educarle. Las capacidades del machine learning en este ámbito son prometedoras.
- Un futuro que mola…
Para De la Rosa, un futuro que mola en la intersección entre datos y educación es que cualquier persona que quiera aprender reciba el contenido personalizado, cuando lo necesite, en el formato que mejor le convenga y de forma accesible.
Fuente: El Pais Retina