Las impresoras 3D y las cortadoras láser, entre otras herramientas, ayudarán a que lleguen cada vez menos contenedores a los puertos: los ciudadanos podrán producir localmente. Todos sabemos que el modelo productivo actual es insostenible. Nueve de cada diez productos consumidos en Occidente llegan por barco, utilizando energías no renovables, contaminando los mares y causando un deterioro significante en la flora y fauna. Tras disfrutar de ellos, los desechamos localmente. ¿Es este el único modelo posible?
El urbanista venezolano Tomás Diez lidera desde hace diez años el Fab Lab Barcelona, uno de los laboratorios de fabricación digital más importantes del mundo. El protagonista de esta nueva entrega de la serie de vídeos #DataFutures, creados en colaboración con Ideas for Change, cree que en la intersección entre los datos y la fabricación digital yace la oportunidad para catalizar un nuevo modelo productivo que deje obsoleto el actual.
Los Fab Labs o maker spaces son talleres equipados con una serie de herramientas controladas por ordenador –desde impresoras 3D hasta cortadoras láser, fresadoras y soldadores de hardware– y materiales que permiten a las personas utilizar archivos digitales para fabricar casi cualquier cosa.
Las herramientas digitales de producción, así como el acceso a información sobre cómo se hacen las cosas, son accesibles a cada vez a más gente. Es de esperar que, con el tiempo, las personas empiecen a diseñar sus propios productos y los creen localmente en sus fábricas de barrio: un zapato hipercustomizado que se adapta perfectamente a la forma de tu pie o un robot que siembra y cuida una huerta de jardín.
Además, como los Fab Labs se encargan de que tanto lo que se produce como lo que se utiliza en el proceso sea de código abierto, cada vez son más los archivos digitales sobre cómo fabricar desde manos prostéticas hasta automóviles que se comparten de manera gratuita y son mejorados colaborativamente. La norma ha dado sus frutos: la primera impresora 3D de código abierto, la Rep Rap, fue creada por la comunidad de makers que trabajaba de manera distribuida a través de la red.
- Datos para fabricar cosas
La fabricación digital busca cambiar el paradigma de producción actual competitivo y extractivo por uno colaborativo y local. En el caso de los Fab Labs, esto es posible gracias a la creación de repositorios online de datos para la fabricación que se convierten en un inventario común de diseños y que pueden ser utilizados por los diferentes Fab Labs del mundo. Otras plataformas que incluyen diseños abiertos son Thingiverse y Open Desk.
- Blockchain y licencias
A diferencia del software, donde abundan las licencias creative commons, en el hardware (es decir, en los objetos físicos) las licencias que estimulan la contribución de los diseños no son habituales. Cuando alguien sube el diseño de un objeto, por ejemplo una silla, es difícil controlar que no sea una copia o que vulnere el reconocimiento de la autoría original. La tecnología blockchain podría usarse para definir cómo puede ser utilizado un diseño, bajo qué condiciones y qué tipo de licencias de contribución se pueden crear.
- Un futuro que mola…
Para Diez, un futuro que mola en la intersección entre datos y la fabricación digital es hacer que las personas participen del diseño de sus productos y los puedan fabricar localmente en sus fábricas inteligentes en los barrios.
Fuente: El Pais Retina